Toda mi vida fui friolenta… prueba de ello es que cuando era chica me
salían sabañones en manos, pies y orejas, siendo la principal causa la
exposición prolongada al frío. El frío provoca que los vasos sanguíneos se
contraigan, reduciendo el flujo de sangre a las extremidades. Cuando el cuerpo
se calienta de nuevo, los vasos sanguíneos se dilatan repentinamente, lo que
causa la inflamación, hinchazón, dolor, picazón y enrojecimiento en las zonas
afectas.
La sumersión en aguas frías tiene sus beneficios como: reduce la inflamación, acelera la recuperación muscular, alivia el dolor, mejora el humor, reduce el estrés, fortifica el sistema inmunológico, favorece la pérdida de peso. Mientras que la inmersión en aguas heladas puede provocar un aumento repentino de la respiración, la frecuencia cardíaca y la presión arterial, además de rigidez muscular y riesgo real de hipotermia…
Agua fría y/o hielo es un componente que normalmente hace que uno se escabulla y busque las temperaturas cálidas, conocidas y placenteras.
Entonces, las preguntas son,
¿Qué hago nadando en aguas frías y sumergida en hielo? ¿Será que mis
antepasados vienen de esta práctica y ahora soy yo quien prosigue esta praxis? ¿Porqué me meto en cámaras frigoríficas? Todo lo que hago, ¿es sólo la preparación para participar de un evento extremo? ¿Es un desafío físico, emocional y mental que me impongo?
Creo que esta ¨locura¨ como suelen llamarla, va más allá…es un abrazo helado que estimula cuerpo y espíritu, es una invitación a encontrarme conmigo misma, es tener un propósito claro y enfocada en él, es un viaje a la profundidad de mi propio ser, es audacia y fuerza incesante, es una experiencia extrema que revela mi interior, es un descubrimiento a mi capacidad de adaptación, es elevar mis límites personales, es encontrar la sensación de claridad mental y energía renovada, es controlar mi respiración, es relajarse y manejar el estrés, es escuchar a mi cuerpo, es hallar la calma y superar la tensión, es encontrar mi fortaleza en medio de la adversidad, es apreciar la vida en su totalidad. Nadar en aguas frías es un viaje sin retorno....es un viaje sólo de ida.