Hace años que quería conocer el Sur Argentino y gracias a una publicación, encontré el motivo más que suficiente para poder ir: ¨Nadar la Isla Solitaria en el Lago Argentino de Calafate" y si iba para eso debía sumar alguna otra actividad, siendo el treking la otra disciplina que realizar. Y qué mejor trasladarme hasta El Chaltén la Capital del treking
Como los tiempos eran limitados, de la gran variedad de senderos por hacer, elegí 2 ellos que son de dificultad baja y de no más de una hora y media de caminata.
El primero fue el Sendero a la Cascada Chorrillo del Salto, que comienza al final de la Avenida San Martín y sigue un camino llano y sinuoso a través del bosque hasta llegar a una hermosa Cascada y su arroyo que invitan a tomar una pausa para contemplar el bosque nativo y la caída de agua. No pude con mi genio y como iba preparada, comencé la aclimatación metiéndome en el remanso de la cascada. El agua fría pero tolerable fue mi primera inmersión en aguas frías de la Patagonia.
Luego hice la caminata por los Miradores de Cóndores y Águilas, cuyo sendero comienza en el pueblo de El Chaltén se dirige hacia el noroeste, ascendiendo suavemente por un camino bien marcado. A medida que se asciende se puede observar al Monte Fitz Roy, aunque en ésta ocasión su visibilidad era sumamente escasa por las nubes y la llovizna que caía cada tanto. De pronto puede escuchar el canto de pájaros que estaban escondidos entre las ramas de algunos árboles, siendo ese momento de paz y de conexión con la naturaleza.
Estos miradores se encuentran a una altura de 500 mts sobre el nivel del mar, y ofrecen vistas panorámicas del valle y de las montañas circundantes. Desde el Mirador de Cóndores se puede observar el Monte Fitz Roy y el valle del río de la Vueltas y algún que otro cóndor sobrevolando la zona; mientras que en el Mirador de la Águilas se puede ver el Lago Viedma y el Fitz Roy desde otra perspectiva.
Vista de El Chaltén |
Valió la pena hacer el trayecto desde El Calafate hasta El Chaltén 2 horas y media de ida y lo mismo de vuelta después de un viaje agotador en avión con muchas horas de espera entre vuelo y vuelo. Valió la pena el sacrificio, toda la movida que tuve hacer para llegar y trasladarme. Valió la pena conocer tan hermoso lugar donde se respira tranquilidad, aire puro, donde los paisaje son impresionantes, senderos por doquier, turistas de distintas nacionalidades conectándose con la naturaleza, buscando desafíos físicos y emocionantes rutas de senderismo. Valió la pena conocer El Chaltén, pueblo acogedor y pequeño que se encuentra dentro del Parque Nacional Los Glaciales, área protegida que alberga glaciares, montañas y una rica variedad de flora y fauna.