sábado, 8 de febrero de 2014

El destino o los planes de Dios?

Llevo poco más de un mes después de mi accidente y durante todo este tiempo he tratado de entender lo sucedido o saber porque pasó. 
Y para ello tengo que hacer algo de historia....Cuando mi profe Pedro me propuso y entusiasmó para realizar un Ironman el objetivo de ese momento fue Cozumel en el mes de septiembre. Sin embargo a los dos meses de empezar los entrenamientos, fui víctima de la inseguridad y un mal viviente me atacó mientras corría. En la lucha por defenderme resulté averiada con un mordisco en la mano derecha y  una lesión en los ligamentos de mi pierna izquierda. La primera lesión demoró en recuperarse cerca de un mes, mientras que la segunda pude andar en bici y nadar en forma liviana, pero no pude correr durante poco mas de dos meses. Dado el escaso entrenamiento y la fecha que se aproximaba desistí de Cozumel; y por los tiempos que manejaba y que faltaba, más las posibilidades económicas es que se decidió por Pucón en el mes de enero.
A partir de ese momento comenzaron los entrenamientos a full, dejé de lado mis aventuras y travesías en la montaña a pie y en bici para poder dedicarle todo el tiempo y esfuerzo a este que sería mi debut y gran desafío.
Desde hace algunos años cuando hago una actividad física intensa termino con mucho dolor en mi talón derecho y esto también continuó en mis entrenamientos intensificándose día a día hasta que llegó un punto que el dolor dijo basta!
Estaba a tan solo 2 meses de Pucón y tuve que parar de correr y acompañar un tratamiento con kinesio, hasta que médico y kinesiólogo decidieron infiltrarme para poder llegar a mi destino en buenas condiciones.
Todo continuo con mejora en los tiempos, superando mis expectativas, sentía que cada día estaba mejor, que podía mas y mas...La adrenalina invadió mi organismo, me sentía acelerada, me despertaba en las noches pensando en mi debut; me daba un cosquilleo intenso en mi estómago sabiendo que estaba a tan solo un mes de mi primer Ironman....y luego vino la desazón, la angustia, el fin de mi sueño.
Producto de mi accidente terminé con un golpe muy grande en la zona lumbar, puntos en ceja y empeine, moretones en distinta partes de mi cuerpo y fractura en tibia, peroné y quinto metatarso. Pronóstico: dos meses con bota ortopédica con curaciones diarias en el pie y posible intervención quirúrgica en la tibia por desplazamiento del maleolo.
Pasé de la hiperactividad a una actividad limitada.
Me queda un mes mas de bota, la herida va mejorando pero aún no pueden operar por posibles infecciones y en las próximas consultas se decidirá si todavía hace falta la intervención quirúrgica.
Mientras tanto llevo más de 30 días con mi pie en alto y pensando en esta situación.
Creo que las cosas sucedieron por alguna razón....me había tomado muy en serio la participación en un triatlón, estaba pasada de vueltas y esto hizo un parate en mi vida, estaba mucho tiempo fuera de mi casa debido a mi trabajo y entrenamientos, ahora estoy en ella y con mis  tres hijos. Estoy poniendo a prueba mi paciencia y el aceptar las cosas como vienen. No cuestiono lo sucedido sino trato de interpretar porque pasó. Todos los acontecimientos sufridos durante el año daban indicios de que algo no andaba bien, de que las cosas no debían seguir como yo lo estaba paleando.
Creo también que no era el momento...primero Cozumel, luego Pucón...la tercera será la vencida. Ya vendrán tiempos mejores, nuevas posibilidades, otras oportunidades; la recuperación será lenta y los entrenamientos nuevamente duros. Todo llega en su justa medida y a su debido tiempo.
Espero tener una buena recuperación, estoy ansiosa por volver a lo mío, pero tranquila. Sé que queda un largo camino por recorrer antes de volver a las pistas, a la ruta, a la pileta, a la montaña. Dios me está dando el don de la paciencia y estoy disfrutando la vida desde otra perspectiva. Vamos que mientras hay vida todo se puede!