lunes, 27 de mayo de 2013

Paso a paso por el Villicúm


El treking del día domingo fue las Sierras del Villicúm, perteneciente al cordón central o Precordillera de San Juan,  ocupando parte de la superficie de los departamentos Albardón y Ullúm y  alcanza una extensión de 40 km en dirección general de norte-sur, cuya altura media aproximada es de 1.700 msnm.
Llegamos en auto hasta la base del cerro y emprendimos la caminata a las 9.45 hs. Fuimos Ricardo, Jorge, Luis y yo. El día se presentó maravilloso, con un sol radiante, sin nubes, nada de viento y una temperatura de primavera.
Inicio de la caminata
Nos internamos siguiendo la huella de bajada de agua hasta internarnos en una quebrada. Pasamos unas formaciones de arcilla y de tierra roja parecida a un mantecol. Luego de subir una suave pendiente nos topamos con una pirca la cual indica el rumbo a seguir. Continuamos por la izquierda comenzando una subida cada vez más exigente. Pasamos por algunos filos y por una quebrada no muy larga, pero si complicada. Tuvimos que emplear las manos para poder ascender. Por momentos se nos perdía la huella, pero siempre la volvíamos a encontrar. Sentimos un aroma muy agradable, era el ajenjo que nos invadía con su fragancia. Llegamos a un portezuelo y ya podíamos ver nuestro objetivo: una cumbre redondeada con algo parecido a una cruz en su cima. 

Formación en forma de "mantecol"
                                  

Quebrada complicada
La pendiente se volvió a complicar con las piedras sueltas, pasamos por otros filos y faldeamos un cerro. Esta parte fue más tranquila hasta emprender el ascenso final al sector sur del Villicúm. Este nuevo declive demandó un poco de esfuerzo, pero fue superado al ver muy cerca la cumbre. Seguimos con entusiasmo y el orden de llegada a la cima fue: Luis, yo, Jorge y Ricardo; empleando un tiempo de marcha de 3 horas 40 minutos. Nos dimos el abrazo cumbrero, tomamos las fotos de rigor, apreciamos el paisaje y comentamos nuestra visual. Al norte se veía el camino que lleva a Jáchal e Iglesia con predomino del Cerro El Sapo; al sur el Valle de Tulúm con los cerros Sierras Azules, Párquinson y las Sierras Chicas de Zonda; al este Albardón, Anganco y San Martín con toda la extensión de la Sierras del Pie de Palo; al oeste Ullúm, el Cerro Santa Rosa, el Blanco de las Cuevas y las puntas de la cordillera nevadas.



Atrás la cumbre del Villicúm


Cumbre sur del Villicúm
Nos quedamos en la cumbre un buen rato para poder disfrutar de unos mates muy sabrosos, alimentarnos y dejar nuestro testimonio de cumbre. 



Emprendimos el regreso siguiendo el mismo camino de subida. La bajada no fue rápida ya que el descenso lo hicimos con mucha precaución; aún así todos tuvimos nuestras caídas. Nos empezamos a separar: Luis y yo adelante, Jorge y Ricardo más atrás. Luis me decía que debíamos estar atentos para bajar a la quebrada que nos llevaría directamente al coche. Nos reunimos los cuatros y confiados que la bajada era la correcta, nos metimos entre yuyos secos, cactus y vegetación agreste. Yo tuve que ponerme la campera para evitar seguir raspandome con las espinas. Llegó un momento que no pudimos continuar, nos topamos con un salto importante. Yo me acerque al mismo y parecía un pozo de más de 10 mts de profundidad. Sentí un cosquilleo en mi estómago. Luis no se animó a acercarse. Aquí nos percatamos que habíamos errado la bajada, pero nuestra dirección era la apropiada ya que veíamos las formaciones de arcilla y las que parecían al mantecol. Nos devolvimos y faldeamos el cerro que teníamos a nuestra derecha. La bajada hasta la quebrada fue bastante complicada, nos detuvimos unos minutos para comer y seguimos por la misma ya en terreno seguro. 


Pozo de más de 10 mts. de profundidad

Pirca indicadora del camino
Lo que quedaba era conocido y tranquilo. Podíamos ver muy cerca la ruta y los vehículos transitar por ella, la huella por donde encaramos para acercarnos al pie del cerro, y  de pronto nos topamos con el auto. Que alegría! completamos nuestro treking de regreso en 3 horas 30 minutos; pero para sorpresa de todos, alguien con mala leche había desinflado las ruedas del lado izquierdo del coche y doblado los limpiaparabrisas.
Inmediatamente se armó una operación de rescate y gracias a que tuvimos señal telefónica pudimos  solucionar el inconveniente y regresar ya de noche a nuestros hogares.

sábado, 25 de mayo de 2013

Es sólo una bicicleta.....



Me picó el bochito por andar en bici de ruta..... el fin de semana pasado anduve entre los dos días 150 km acompañada de Fredy, Pedro, Eduardo y Gustavo. Se trabajó en base a un circuito, por el dique de Ullúm, que lo realizamos 4 veces, donde se combinó muchas subidas e iguales bajadas. Fue muy exigente hasta tal punto que no completé mi rutina por el cansancio acumulado en mis piernas. 
Este fin de semana no pude acompañar a mis compañeros pero si pedalee sola. El viernes hice 45 km y el sábado 50 km. Ambas distancia a un ritmo mas bien rápido, tratando de superar los 28 km/hs y manteniendo una velocidad de 30 km/hs. Esta vez los lugares elegidos fue Albardón-San Martín y Zonda respectivamente. 

Quería hacer un párrafo aparte sobre las sensaciones que me causan los dos tipos de bicicleta. La de mountain, si bien se anda mucho más despacio, se puede llegar a lugares increíbles; puedo apreciar mejor los paisajes pudiendo registrar los mismos a través de fotos. La rutera me lleva más rápido y la sensación que siento es de placer. La posición del cuerpo y la velocidad me resultan dificultosos para tomar imágenes. Pero ambas me trasladan a donde quiero, disfruto del andar y del aire que me pega en la cara. En ambas me cuestan las pendientes y me dan temor las bajadas, pero no dejo de regocijarme por el andar en tierra o en ruta. El esfuerzo lo realizo en ambas pero la satisfacción la llevo adentro. Cada salida es un desafío, cada llegada una meta alcanzada. Llevo muchos kilómetros andados y  en cada uno he dejado lo mejor de mí.  He pedaleado con temperaturas muy bajas, con lluvia, viento y nieve, pero también con días caluroso y agobiantes. He disfrutado de amaneceres y atardeceres arriba de la bici. He gozado de la libertad, del silencio al andar sola y de las charlas en compañía. Han sido pocas las broncas y amarguras, pero fueron muchas las alegrías y las satisfacciones obtenidas del andar en dos ruedas. 
Mis bicis son solo eso...bicicletas...y las dos me hacen sentir muy bien!

Foto: Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

domingo, 12 de mayo de 2013

Mujeres en dos ruedas

Habían dos motivos para salir en bici hacia la Difunta Correa. Una era cumplir una promesa de Patricia y la otra acompañar la Posta atlética en la cual participaría una delegación del Complejo Palestra-Turquesa donde vamos con Lorena, Andrea, Pato y yo.
Nos juntamos bien temprano en la plaza de Santa Lucía y aún de noche comenzamos a rodar por la ruta que nos llevaría primero a Caucete y luego al paraje de destino.
Mantuvimos una velocidad promedio de 22 km/hs. pero yo llegando al puente de Caucete ya comencé a sentir en mis piernas el esfuerzo del día anterior y el  poco entrenamiento que tengo durante la semana debido a cuestiones laborales. Me mantuve atrás de mis compañeras hasta llegar a la estación de servicio donde hicimos una parada técnica. 
Continuamos en dirección hacia la Difunta ya con el sol en nuestras caras, aunque todavía con algo de frío. Hasta la bici senda nos mantuvimos las cuatros juntas. Comenzó una leve pendiente y nos empezamos a separar, manteniéndome en el último lugar. Me sacaron una gran distancia, pero puede acercarme a ellas. Andrea nota que la rueda trasera de mi bici está algo desinflada, pero ya estábamos en la Cuesta de la Vacas por lo que continué con el ascenso en esas condiciones. Pato tomó la delantera, luego Andrea, Lorena y yo sufriendo con la rueda muy baja.
Nos volvimos a reunir en la Difunta Correa, donde hicimos una parada para tomar mate, comer y descansar, mientras esperábamos a los de la Posta, entre ellos nuestro profe Pedro, quién completando su etapa nos acompañaría en bici. 
Lorena recibe un llamado de su esposo y nos confirma que Pedro ya había pegado la vuelta, por lo que decidimos emprender el regreso. Pero antes Andrea me presta su inflador y dejé nuevamente en condiciones la rueda.
Subiendo la Cuesta de la Vacas nos cruzamos con los corredores y con sus acompañantes en bici y en auto. Cuando llegué a la cima de la cuesta noté que nuevamente la rueda estaba algo desinflada. Pero mis compañeras se alejaban cada vez más.  Continué pedaleando con exigencia tratando de mantener el ritmo. Cada tanto miraba hacia adelante y las chicas estaban más lejos hasta que las perdí de vista. 
En el rodar se notaba cada piedra que pisaba y la velocidad disminuyó considerablemente. De pronto siento voces detrás mío, miro hacia atrás y un grupo de bikers se acercaban. No dudé en pedirles un inflador y generosamente me inflaron la rueda y me acompañaron hasta pasada la ciclo vía.
Un poco más adelante divisé una camioneta y gente apostada en la banquina. Me están esperando!!! Pedro, Fredy, Carlos, Lorena son los que se quedaron. Patricia y Andrea continuaron pedaleando. 
Fredy me preguntó cómo estaba y aproveché para hacerles saber mi disgusto por la situación. Me dejaron sola, sabiendo que mi rueda trasera estaba en problemas. Comenté que si salimos en grupo, en grupo se debe llegar y nunca se debe abandonar a un compañero. Pedro quiso tranquilizarme justificando el accionar de mis compañeras por la falta de experiencia y el no saber actuar en equipo. Para mí no hay justificación ya que no se interesaron por mi, no se preocuparon por saber que me pasaba y por sobre todas la cosas, es una cuestión de seguridad el andar juntas, más siendo señoras solas que salen a rodar. Terminé muy molesta además del cansancio que tenía, habiendo pedaleado un total de 98 km en 4 horas 47 minutos. 

Salida desde Plaza Sta. Lucía

Amaneciendo en la ruta

En Caucete

En la Difunta Correa

Posta Atlética

Bikers de Caucete que me auxiliaron y acompañaron

Fin de la salida 



sábado, 11 de mayo de 2013

Estrenando la rutera

Después de idas y venidas, de desencuentros y promesas, logré armar una bici de ruta y con ella salí este sábado.
Me acompañó Eduardo, Gustavo, Pedro y Fredy y anduvimos por la zona de Zonda completando unos 50 km.
Ellos que son triatletas anduvieron en forma tranqui, pero para mí fue todo un reto ya que hace más de 25 años que no ando en una bici de ruta. Fue todo un aprendizaje, después de andar un largo tiempo en la de montain y a diferencia de esta y con la tándem, es que cambia la posición, pedales con traba, yo tengo que poner los cambios, dirigir la bici, mantener el equilibrio y realizar todo el esfuerzo a pulmón.
Fue un placer pedalear con ellos, no sólo por la compañía y el aguante que me tuvieron, sino además por las canciones que entonaban con cada palabra que uno decía; por las anécdotas contadas durante la marcha y las salidas de Fredy que nos hacían reir a cada momento. 
Si bien todo fue distinto para mí en la rutera, igual me costó encarar las cuestas y el miedo en las bajadas contínúa, y más en ésta por la velocidad que toma. No obstante no me costó tanto adaptarme como pensaba. Empecé a sentir confianza y mayor seguridad a medida que pedaleaba y llegué a alcanzar los 40 km/hs. metida entre medio de mis compañeros. 
Me sentí de maravilla pedaleando en ésta bici, disfruté el aire en mi cara y si bien por momentos me costó mantenerme a rueda, fue una ricura acelerar y sostener una velocidad constante, sintiendo el deslizamiento de las ruedas por el pavimento.
Se sumó el día esplendido con poco viento, sol radiante y una temperatura muy agradable.
Que más se puede pedir...sólo agradecer a Dios por la posibilidad de disfrutar a pleno de la naturaleza haciendo lo que a uno le gusta y con excelente compañía. 


domingo, 5 de mayo de 2013

Tunuyán: historia y desafío

Este fin de semana estuve en la vecina provincia de Mendoza y aproveché para hacer un circuito que tenía pendiente. El mismo tiene convocatoria tanto en carrera como de paseo: desafío Portinari y en luna llena. 


Estuve más precisamente en el Manzano Histórico, situado al pie de la cordillera de los Andes a 111 km de la capital de Mendoza, en la localidad de Tunuyán y a 1.200 msnm, con un micro clima que favorece el crecimiento de todo tipo de vegetación, con temperatura agradable y extraordinaria belleza.
En este marco natural se encuentra el monumento retorno a la patria, que fuera erigido en recuerdo del encuentro del Coronel Olazábal y el Gral. San Martín, a su regreso de Guayaquil, ruta que utilizó éste a su regreso a Mendoza.


Y es éste precisamente la ruta que hice, el cual a penas comencé a pedalear tuve que colocar el plato más chico dado la pendiente interminable que me tocó subir. Por momentos la cuesta fue muy dura, cuya velocidad  no superó los 5 km/hs; el terreno bueno los primeros 2 km pero luego muy malo, se notaba el deterioro de la misma por las crecidas, piedras suelta, arena, pasadas por arroyos hasta que en dos ocasiones tuve que seguir a pie. Llegó un momento que se hizo intransitable y decidí regresar. La temperatura fue ideal, pero llegó un momento que el viento estaba frío y tuve a abrigarme. El paisaje sorprendente, con el arroyo Grande a mi costado y de frente las montañas con nieve, con una gran variedad de colores en los cerros.
Tardé una hora y media en ascender, mientras que el regreso solo lo hice en media hora. Otro paisaje el de vuelta ya que se podía ver el Valle de Uco, parte del Cordón del Plata, el C° Tupungato. Animales pastando y cabalgatas que ascendían por el mismo camino.
Una salida en otra provincia, con otro tinte cordillerano, exigente por su pendiente, con un desnivel de 2000 m y con adrenalina en la bajada.






                  

miércoles, 1 de mayo de 2013

Día del trabajador: con sol y haciendo deportes

Este 2013 viene con algunas complicaciones de salud y este fue uno de los motivos por los cuales hacen tres semana que no pedaleo. Si bien voy a clase de cycle no es lo mismo que salir a enfrentar el viento, la fricción de la ruta y el tiempo de marcha arriba de la bici.
En el día del trabajador, aprovechando el feriado de entre semana, por la mañana salí a correr muy tranquila y bien despacio para evitar volver a lesionarme. Tendré que tomar esta disciplina con mucha paciencia ya que los dolores durante el impacto vuelven. De a poco y en forma progresiva iré aumentando las distancias aunque no creo que la velocidad, ya que a mayor exigencia mayor es el dolor en la zona afectada.
Durante la siesta-tarde me reencontré con mi amigo Edu y fuimos hasta el Camping del Cerro Blanco, desde donde comenzamos a andar en bici. Quedamos sorprendidos de la cantidad de gente que había en el camping: haciendo asados, andando en cuatri, bici, moto y a caballo; gente caminando, jugando al fútbol y disfrutando el día soleado y con muy buena temperatura para la época del año.
Cruzamos el río seco y nos  internamos montaña adentro siguiendo la huella que va al C° La Sal. Desde el comienzo coloqué plato 1 ya que el suelo lo requería. La pendiente no fue abrupta, pero sí una subida continua y exigente. Seguimos a ritmo lento hasta donde el terreno lo permitió ya que la ruedas se enterraban en el ripio, tuvimos que bajarnos de las bicis y seguir caminando y como vimos que el suelo no mejoraba decidimos volver.
El regreso lo hicimos casi sin pedalear a una velocidad de 30 km/hs frenando. Un kilómetro antes de llegar a la ruta nos cruzamos con otros bikers. Al llegar a este punto decidimos seguir por el pavimento hasta el desvío por el dique Punta Negra, donde pudimos apreciar gran cantidad de camiones trabajando.
La salida fue corta, algo exigente y suficiente como para empezar a entrar en ritmo nuevamente.




Camino a la Sal






Dique Punta Negra