domingo, 7 de enero de 2024

Otro cruce a nado para la historia...



El año pasado, debido a la escasez de agua en el dique de Ullúm, nos dejaron ir a nadar al Dique Punta Negra, y desde el primer momento  me encantó: aguas más claras, sin greda, con un paisaje imponente! 

Tanto me gustó que continué nadando durante el invierno.  Y mientras nadaba en el dique, en mis momento de soledad, recordé que en el año 2010 hice el Cruce del Dique de Ullúm, desde Villa Tacú hasta la Universidad y me pregunté... "si pude hacer aquel cruce, porque no nadar ahora el Dique Punta Negra? Y porque no hacerlo el día que cumplo 60 años?"

 Así que me puse en campaña y a trabajar con ese objetivo. Comuniqué mi proyecto a mi entrenador, al Presidente de FSN y a Deportes de la Provincia de San Juan de lo que quería hacer y gracias a Dios todos me dieron su aval; por su puesto que con autorizaciones, deslinde, seguro y papeles de la lancha que me iba acompañar.

Así fue que el día jueves 4 de enero, inaugurando una nueva década de vida, hice el Cruce al Dique Punta Negra desde la desembocadura del río hasta el embarcadero, completando una distancia de entre 8/9 km.

El día maravilloso, el agua espléndida. Salvo por el viento y el oleaje que me sacaban de orbita, tooodooo estuvo espectacular! 

Fue un nado continuo, parando cada 20 minutos para comer e hidratarme, que desde la lancha me hacían el avituallamiento; más un montón de paradas más para sacarme el agua de los lentes que con el oleaje se me metía cuando miraba al frente para poder ubicarme. Gran parte del recorrido lo hice con bastante pataleo para no exigir demasiado los brazos y en determinadas circunstancias cuando el oleaje era intenso dejaba de bracear ya que al hacer una brazada sentía que me frenaba.

Nadar el Dique Punta Negra en su máxima extensión fue alucinante: mirar para un lado un paisaje, mirar para el otro, otro paisaje, las montañas que iban cambiando de forma y tamaño a medida que progresaba en el nado, dejar atrás la desembocadura, ver parte de la ruta Interlagos, ver aparecer de a poco el paredón del dique, algunas islas, el cerro La Sal cada vez más cerca,  avanzar hacia un morro, al otro y al otro... Y cuando creía que aún me faltaba un morro más apareció el embarcadero, mi destino, el lugar donde completaría mi desafío.


El tiempo exacto de cruce no lo sé, pero fueron más de 3 horas y media de nado; pero eso es lo de menos, lo importante fue haber concluido con un sueño, haber podido nadar sin grandes complicaciones, que todo salió de maravilla, que el personal de apoyo estuvo abocado a mi seguridad y abastecimiento, y que llevo en mi mochila de desafíos la satisfacción de ser pionera en los cruces de nuestros diques.

Quiero destacar la participación de Gustavo Martín (periodista de nuestros medios) quién se animó hacer gran parte del recorrido convirtiéndose en Nadador de Aguas Abiertas.

También quiero agradecer a todos los que hicieron posible este Cruce:
Prof. Luis Riveros (dueño de la lancha)
Prof. Jorge Riveros ( acompañante y encargado de abastecerme)
Prof. Eduardo Cerimedo (Secretaría de Alto Rendimiento)
Sr. Jorge Maldonado (Náutica y Deportes al aire libre)
Prof. Miguel Jofré (Jefe de Seguridad Náutica)
Sr. Martin Bruno (Presidente FSN)
Prof. Bruno Matus (mi entrenador)
Prof. Adriana Godoy y Marcos Campo (por permitirme nadar en sus horarios de pileta "Turquesa")
Prof. Martín Villegas y Matías Campo (prof. del gym "Palestra")
Prof. Pedro León (Coach y consejero)
Dra. Carla Varela (Médica y Nutricionista)
Dr. Nicolas Zain (Cardiología del deporte)
Guardavidas que acompañaron
Y a mis hijos por el aguante y el aliento en cada una de mis ideas.


Tramo nadado


Preparativos para el cruce
Preparativos para el cruce


Salida desde el embarcadero hasta la desembocadura del río






Avituallamiento


Llegada al embarcadero


Nadadores y personal de apoyo


Festejo completo con torta y velita