domingo, 7 de diciembre de 2014

C° El Plata: frustrado

Hace días que venimos entrenando con Ana, Francisco, Martín y Luis con carga para poder realizar el C° El Plata en la vecina provincia de Mendoza.
Este cerro forma parte del Cordón del Plata, cuya cumbre se encuentra a 6.000 msnm y es el cerro más vistoso y alto de esta parte de la cordillera de los Andes, ubicado en los departamentos Tupungato y Luján de Cuyo.
Todos teníamos la plena convicción que estábamos preparados para hacer cumbre y convertirse en nuestro primer 6.000. Pero a último momento por cuestiones de salud Ana no pudo acompañarnos.
A 3.200 msnm, se encuentra el Centro de esquí Vallecitos y hasta allí llegamos para tratar de hacer cumbre en este importante cerro. 
Luego de descansar en un refugio, emprendimos nuestra caminata hacia el campamento "El Salto" ubicado a 4.500 msnm. Nuestro andar fue lento ya que ibamos en permanente ascenso y con mochilas con cargas de más de 12 kg. 
El tránsito fue numeroso, varias expediciones que iban hacia el campamento base y otras que regresaban a Vallecitos. Este fluir de personas nos llamó la atención pues no estamos acostumbrados a ver tanto movimiento de gente en las montañas.
 Llegamos a "Las Veguitas" y nos encontramos con algunas carpas. El pasto verde, el correr del arroyo con aguas cristalinas y espumosa, el volar de alrededor de 10 cóndores, animales pastando y el Cordón del Plata en el fondo fue nuestro primer deleite en el ascenso.
Uno tras otro fuimos encarando la pendiente con paradas pasajeras y cada tanto para descansar nuestros hombros. Llegó nuestra primer parada en "Piedra Grande". Acá nos sacamos las mochilas, descansamos, comimos y entablamos conversación con Maximo Kausch, quien preparaba el campamento para gente de Brasil que los guiaba a hacer cumbre al C° El Plata. A pesar de su corta edad, es un montañista que ha realizado gran parte de la cordillera de los Andes y hasta el Himalaya. Un groso de la montaña!
Luego sigue "El Infiernillo" y posteriormente "El Infierno", zonas de mucha pendiente, con piedras y tierra sueltas. Este tramo debíamos hacerlo parando cada 30 o 40 pasos para poder oxigenarnos. El corazón latia rápido, pero sabíamos que estábamos muy cerca de nuestro primer objetivo. Ya los glaciares estaban a nuestro alcance y los manchones de nieve en los cerros colores ocres daban un paisaje pintoresco.
Una pendiente abrupta, doblamos a la izquierda y ahí estaba el campamento base, con mucho colorido pues las carpas de diferentes colores le daban un atractivo especial al "Salto".
Tardamos 7 horas en llegar y donde pudimos armamos nuestras carpas. Nuestro guía, Luis, hizo la distribución de las carpas: él con Martín en la más chica; y Francisco y yo en la más grande.
Mis compañeros dialogaron con las diferentes expediciones; de Suiza, Italia y hasta con una delegación de nuestra provincia integrada por: Renato Anzorena, Gerardo Padin, Edgardo Saavedra, Carlos Recalde, Atilio De Giovannini; mientras yo en la carpa me dediqué a descansar.
Comimos temprano, aún con luz solar, pues nuestro plan incluía levantarnos a las 2 de la mañana, desayunar y emprender hacia la cima sólo con la mochila de ataque.
Sabíamos que era una tirada larga, que nos demandaría alrededor de 16 hs. Luego dormiríamos en el campamanto base y al otro día regresaríamos a Vallecitos.
Todo estaba a nuestro favor: la luz de la luna llena, una noche fría pero muy agradable, hasta el pronóstico  del tiempo indicaba día soleado casi nada de viento.
Una y media de la mañana nos despertamos con Francisco y se podía ver a traves de la carpa la luminosidad de la luna; nos quedaba media hora más para descansar.
En eso sentimos llegar una ola de viento sur que ladeó nuestra carpa y a partir de ahí comenzó nuestra lucha contra el viento. Ráfagas de más de 100 km/hs azotaban la carpa. El viento enfurecido nos levantaba y nos corría del lugar. La carpa se movía para todos lados y la tierra cincundaba dentro de ella. El frío también acompañó esta inclimencia y fue una verdadera pugna que tuvimos con la correntada de aire enardecido.
Fueron 4 horas ininterrumpidas en estas condiciones y recién a las 6 de la mañana el viento comenzó a amainar.
A las 7 am salimos de la carpa y nos encontrabámos a metros del abismo. Gracias a que Luis y Martín aseguraron con piedras muy pesadas la carpa, no fuimos a parar al vacío.
El día se presentó maravilloso, según lo indicó el pronóstico, pero a esa altura de la mañana los tiempos no daban para hacer cumbre y regresar al "Salto". 
Al igual que nosotros, la mayoría de los montañistas,  incluidos nuestros comprovincianos, decidieron levantar campamento y descender.
Esta severidad del tiempo estaba dentro de las probabilidades que teníamos, pero nunca pensamos que nos podía suceder y fustrar nuestro intento.
Regresamos a Vallecitos después de 3 horas y media de marcha, resignados por lo acontecido pero felices porque este traspié nos unió más como grupo, porque tenemos otra experiencia más para contar, porque forjó nuestro temple y porque sabemos que El Plata siempre estará esperándonos para darnos revancha.


Cordón del Plata

Ruta de acceso


Salida desde el refugio

Las Veguitas

Piedra Grande
Con Maximo Kausch
Campamento El Salto

Armando campamento
Después del ventarrón. A metros del abismo
Martín Carelli
Francisco Márquez
Luis Tanoni

A los 4.500 msnm
Atrás C° Vallecitos y El Rincón

domingo, 23 de noviembre de 2014

Mojaditos por la Q° de La Flecha

Nos juntamos nuevamente con el grupo Power Trekking SAN JUAN en la estación de servicio de Media Agua, para luego ir en caravana hasta Los Berros, donde nos reorganizamos en menos movilidades e ingresamos a la Quebrada de La Flecha, el cual es un accidente geográfico producto de la erosión hídrica causada por el río temporario del mismo nombre y por la presencia de una falla tectónica. Es un paisaje netamente de pre-cordillera, cuyo espacio estrecho divide la Sierra Chica de Zonda al norte, y la Sierra Loma Redonda al sur.
El grupo estuvo formado por alrededor de 35 personas de diferentes edades, predominando el sexo femenino; todos entusiastas por vivir una aventura poco común: pues nuestra caminata fue de 9 km aproximadamente, de dificultad baja, cuyo recorrido lo hicimos caminando por las aguas de un arroyo, proveniente de una vertiente. 
Es un paisaje montañoso con presencia de explotaciones mineras dedicadas a la extracción y procesamiento de minerales no metalíferos para la elaboración de cal principalmente. Y antes de llegar al lugar donde iniciaríamos nuestro trek, ingresamos a una de las cuevas de extración de bentonita para conocerla.
Comenzó nuestra caminata y nos encontramos con un horno calero artesanal abandonado, luego seguimos por donde se pierde el hilo de agua. La  temperatura muy agradable, pero a medida que avanzábamos comenzó a sentirse más fría. Como niños chicos chapoteábamos en el arroyo y muchos se mojaban para resfrescarse, hasta le hicieron el bautismo a los nuevos integrates del grupo.
A mitad de camino nos sorprendió un ave de rapiña que nos miraba inmóvil muy cerca nuestro.
Caminamos siempre por el arroyo y llegamos a una pequeña cascada que tuvimos que pasar con cuidado para no caernos. Seguimos hasta donde creíamos que era la naciente de la vertiente pero nos equivocamos, el agua venía de mas arriba. Dado los tiempos de marcha decidimos regresar disfrutando del agua y del paisaje por momentos áridos y por otros estrechos con vegetación.

Mina de bentonita




Q° de La Flecha

Grupo completo


Horno calero artesanal



Caminando por el aroyo

Ave de rapíña


Pequeña cascada




Regresando




domingo, 2 de noviembre de 2014

Treking del finde: Minas de Lastenia

Después del fin de semana anterior donde abundó la puna y la dificultad en el ascenso, este finde con Francisco y Ana hicimos un treking de baja intensidad. Y nos sumamos al grupo Power Trekking SAN JUAN para conocer una pequeña explotación minera con el nombre de Lastenia. La misma se encuentra en el departamento de Zonda, en las inmediaciones del Sierras Azules.
Ingresamos por una huella con una suave pendiente en permanente subida hasta llegar al portezuelo que une las Sierras Azules con el Cerro Blanco. Desde ahí se puede ver la construcción en pleno del dique Punta Negra: represa hidroeléctricas sobre el Río San Juan. También se aprecia el Cerro La Sal y todo el valle de Zonda con todo su verdor.
Luego se sigue caminando por el filo de un cerro para posteriormente descender por una quebrada con mucha vegetación y paisajes pintorescos hasta llegar a la mina, una pequeña cueva abandonada. 
De regreso Francisco, Ana y yo lo hicimos al trote y luego se sumaron otros integrantes del grupo. Fueron aproximadamente 8,5 km en casi 3 horas  de treking . Y para reconfortar la salida compartimos una bebida isotónica con una ensalada de frutas.

Inicio del treking

Hacia el portezuelo

Francisco y Ana

Llegando al portezuelo

Vista de la represa Punta Negra

Descenso a la quebrada


Mis compañeros de treking: Ana y Francisco

Llegando a la mina

Mina Lastenia





miércoles, 29 de octubre de 2014

Agua Negra: MATADOR!

Este fin de semana fui con Luis, Ana, Francisco, Martín, Darío, Jorge, Inés, Silvia, Raúl y Alberto a la zona de la cordillera sanjuanina denominada Agua Negra con la idea de ascender el C° Bifurcación de 5.200 msnm.
Llegamos al refugio del Andino Mercedario, en Arrenquintín, ubicado a 3.000 msnm, el día viernes para ir aclimatado a la altura. Fue una noche amena, de risas, anécdotas, de conocimiento del grupo, donde además se comió un riquísimo asado.
El día sábado nos fuimos levantado en la medida que nos ibamos despertando y después del desayuno armamos las mochilas para dirigirnos a hacer campamento en la base del cerro Bifurcación, a los 4.300 msnm.
Nos encaminamos a destino en camioneta y después de andar más de 35 km, ingresamos a la quebrada de San Lorenzo en permanente ascenso.
Armamos las carpas, descansamos, tomamos unos mates y fuimos a conocer el glaciar San Francisco con la idea de seguir aclimatando.
Nuestra marcha lenta, pues la altura se hacía sentir. Respiraciones profundas, andar lento, movimientos pausados.....y aún así la puna comenzó hacer de las suyas. 
Raúl y Alberto volvieron al refugio, mientras que los demás seguimos con nuestro objetivo. Darío decidió regresar al campamento y Luis lo acompañó. El resto del grupo decidimos ascender un poco más para apreciar de cerca el glaciar. Al poco andar Silvia e Inés también regresaron; más adelante yo empecé a sentir zumbidos en los oídos y mucho dolor de cabeza y ante estos síntomas también regresé. El resto del equipo caminaron unos minutos más hasta que decidieron descender.
Ya en el campamento todos, en menor o mayor medida, sentimos los síntomas de la puna. Cada uno en sus carpas trató, con la ayuda de los medicamentos, aliviar estos indicios.
Comenzó a atardecer y a medida que el sol se escondía detrás de las imponentes montañas, la temperatura descendía. El viento comenzó a azotar y antes de que anocheciera Darío, Inés y Silvia decidieron regresar al refugio, pues a ellos no se les pasaba los signos del mal de altura. Luis y Jorge los llevaron hasta Arrenquintín y a medida que descendían comenzaron a superarse.
A pesar de que mi estado no era el mejor, decidí quedarme en el campamento ya que la medicación que tomé, comenzó a hacer efecto y  alivió un poco mi malestar. Después de tomar una rica sopa me sentí algo mejor. 
Llegó la noche y el viento reinante no nos dejó dormir plenamente. Me levanté al baño y nuevamente el dolor de cabeza se instaló. 
A las 6 de la mañana del día domingo nos levantamos con la idea de hacer cumbre. Mi dolor de cabeza no cedía y ante este síntoma decidí quedarme en el campamento. Así fue que Ana, Francisco, Martín, Jorge y Luis comenzaron lentamente el desmesurado ascenso de más de 45° de pendiente que tiene el C° Bifurcación.
Despacio los veía ascender y alejarse. El viento nunca dejó de fustigar. Poco a poco amanecía y el cielo se presentó con nieblas. 
Cerca de las 3 horas que llevaban de marcha, apareció Martín, quién se sintió desmotivado en el ascenso. Miramos hacia la cumbre y sólo pudimos divisar a dos de ellos (Ana y Francisco). Los otros dos  (Luis y Jorge) ya no estaban en nuestra mira.
Con Martín descansamos, y traté de hidratarme lo más que pude. Salimos a estirarnos y a apreciar el paisaje, cuando pudimos distinguir a Luis y Jorge. En ese momento se voló una carpa y tuvimos que hacer un esfuerzo para ir a rescatarla. Yo ya me sentía mucho mejor, pero este movimiento brusco, retrocedió mi mejoría.
Después de 7 horas y media llegaron al campamento Luis y Jorge, mientras que Ana y Francisco hicieron lo propio una hora y media después. Los cuatros hicieron cumbre y coincidieron en la dureza del cerro. Mientras llegaban a la base, Ana y Francisco, caminaban apoyados uno contra el otro y desde lejos se les veía la sonrisa de placer por la cima conquistada. Salí a su encuentro y con Ana nos dimos un abrazo muy sentido, pues su esfuerzo valió la pena.
De los cuatro que hicieron cumbre, sólo Jorge sufrió una descompensación que se le atenuó cuando empezamos a descender y llegar nuevamente a Arrenquintín.
Ya en el refugio, el resto del grupo humano nos esperó con un gran aplauso. Si bien la mayoría no pudo concretar con el cometido, todos estamos contentos porque a través del montañismo vivimos experiencias únicas, conseguimos nuevas amistades y disfrutamos del placer de estar en contacto con la naturaleza.

Asadito de cena

Nuevas amistades

Campamento

Aclimatando

Caminata al glaciar
Francisco, Martín, Luis, Silvia, Inés y yo

Cerro Bifurcación: 5.200 msnm

Descenso de Luis y Jorge

Llegada de Ana y Francisco

Encuentro sentido


En Arrenquintín