jueves, 13 de agosto de 2015

IRONMAN 70.3 Manta - Ecuador: mi debut

Desborde de alegría y felicidad por haber concretado otro sueño más de este 2015.
En enero fuí al Aconcagua. En marzo al Machu Pichu. Y ahora (agosto) participe del Ironman 70.3 de Manta, Ecuador.



Y es 70.3 por que cubre una distancia de 70.3 millas (113) y que consiste en 1,2 millas de natación (1.900 m), 56 millas de ciclismo (90 km) y 13,1 millas de trote (21 km)
La parte de natación se desarrolló en la playa del Murciélago, mientras que el circuito de bicicleta, muy duro por ciento, fue por el interior de Manta, y para cerrar la carrera con trote en un trayecto de dos vueltas a la costa con llegada en el malecón. 
Tengo que destacar la calidez del pueblo de Manta que en todo el trayecto alentaban, aplaudían y vitoreaban a cada uno de los 1.500 triatletas. 
Logré nadar en el mar, por primera vez, sin dificultad y siguiendo las recomendaciones de mi entrenador que fue nada menos que seguir los pies y burbujas de la de adelante. Así a ritmo uniforme fui sorteando cada una de las boyas hasta llegar a la transición de bici. Trote por la playa, ducha para sacarse la sal y arena en los pies; y salir con el rodado entre medio de una multitud de gente, para completar un circuito montañoso muy exigente. 90 km durísimos pero que en ningún momento deje de pedalear. Terminando el circuito fue estremecedor los gritos de la gente que apostados a los costados de las barandas nos alentaban y aplaudían,
Llegó la hora de la carrera. Durante su trayecto pude ver a los triatletas de elite llegando a la meta. Nos saludamos y chocamos las manos con los otros sanjuaninos: Pedro León, Eduardo Cerimedo, Gustavo Sánchez, Mariano Montilla y María Isabel González, El circuito fue llano, con un cordón humano a ambos lados del trayecto. Estas personas no se cansaban de aplaudir y alentar; lo cual me animó a no dejar de trotar. Luego de dos vueltas, llegó la hora de la llegada: que emoción fue entrar a la alfombra negra y ver el arco de finalización acompañada por todas las personas que gritaban y apaludían. Ese instante fue único, que coronó meses de entrenamiento, de sacrificio, de dolor.....donde toda la energía que se fue consumiendo durante la competencia se transformó en felicidad, en llanto, en orgullo por haber realizado una de las competencias más exigentes del mundo.

Chech-in al Ironman 70.3

Entrega del kit de competidor

Dejando la bici en el parque cerrado



En la largada de natación

Terminando la etapa de natación













Totalmente emocionada por la meta alcanzada!









Medalla Finisher
Premio inesperado