sábado, 2 de febrero de 2019

Recorriendo la ruta de la historia

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Cruce de los Andes Sanmartiniano a pie

Hacen 202 años se iniciaba la epopeya más grande de la Historia....Se iniciaba el Cruce de los Andes... 

Decía José de San Martín: "Lo que no me deja dormir es, no la oposición que puedan hacerme los enemigos, sino atravesar estos inmensos montes".

Y eso fue lo que hicimos un grupo de caminantes amantes de la naturaleza, recorrer esas majestuosas montañas a modo de recordar y homenajear a aquellos valientes,  que guiados de la mano del argentino más grande, emprendieron la heroica hazaña en 1817..... la campaña Libertadora a través del Cruce de los Andes.

Sábado 19/01: Salida desde San Juan

El grupo de expedicionarios estuvo integrado por Juan Díaz, Gabriela Genovart, Jorge Genovart, Rodolfo Gil, Walter Flores, Claudia Sosa, Isaac Arce, Silvia Suárez, Oscar Díaz, Sofía Quevedo, Marcelo Cortínez, Domingo Mattioli y yo.

Nos juntamos en "La Tapera" para viajar a Barreal, almorzar y continuar hacia Álvarez Condarco y luego a Las Hornillas donde hicimos la aclimatación. Nos instalamos y limpiamos el lugar. Además se hizo la recolección de leña y la cena.



Domingo 20/01: Descanso y aclimatación en Las Hornillas

En éstas dos jornadas tuvimos el apoyo de otro grupo de personas que en forma incondicional colaboraron para que este cruce se pudiera llevar a cabo: Hugo Crescentino, Griselda Echevarría, Analía Canto y un matrimonio de Rosario: Marcelo Hidalgo y Noemí St Marie.

Después del desayuno se ordenó la mercadería día por día para tener lo necesario a la mano durante los días de travesía.

También en la mañana un grupo fuimos caminando a buscar agua a las vegas que están cerca de Álvarez  Condarco. Seguimos las huellas de los animales que nos llevó directamente a las vegas, pero su escasez no justificaba que yo hiciera un esfuerzo extra ya que al otro día comenzaría la aventura en la Cordillera.




Un poco más tarde hicimos otra caminata hacia "Casa Grande", un rancho en buenas condiciones pero deshabitado, donde además de conseguir agua cristalina y fresquita, cosechamos algunas damazcas y manzanas.

Casa Grande





Después del almuerzo nos ubicamos debajo de "La Ramada" (iglú de ramas) donde cada uno contó
algunas anécdotas, charlamos y nos reímos durante varias horas.








Lunes 21/01: Tramo Manantiales-Trincheras de Soler

El grupo de apoyo nos llevó en camioneta hasta el lugar de partida de este Cruce: Manantiales ubicado a 3200 msnm, donde nos esperaban los arrieros con los caballos y mulas que transportaron nuestras cargas.



Verde y pastizales dominaban el paisaje, y nuestra caminata comenzó a las 10.55 am después de una oración y de saludar a nuestros acompañantes.



La senda serpenteante iba en bajada hasta atravesar el primer arroyo; algunas subidas, huella bien marcada sin tantas piedras y la exigencia geográfica pasó de moderada a algo exigente. Nos acompañaron los tábanos, los cuales a más de uno nos volvió locos. También aparecieron los relinchos y las parejas de guanacos que se posaban como modelos para la foto.







Atravesadas de ríos, quebradas, terreno cambiantes, hasta llegar a Trincheras de Soler, ubicada a 3650 msnm, después de 7 horas y media de caminata y con los últimos rayos del sol.






Ya en la noche tuvimos que abrigarnos pues los vientos de la cordillera hacen sentir su frío. Dormimos todos juntos dentro de un modular home, que es como un refugio, a la espera de la segunda jornada con su temible subida al cordón del "Espinacito"









Martes 22/01: Trincheras de Soler - Vegas de Lépez pasando por el Espinacito


Caminata larga en permanente subida con paisajes maravillosos y sin darnos cuenta, paso a paso llegamos a la cima del Espinacito a los 4500 msnm. Una ventana inmensa se abrió a nuestros ojos, siendo el Aconcagua lo primero que aparece con todo su poderío; luego los valles y cerros aterciopelados de los más variados colores.



Vista del Aconcagua desde El Espinacito

Cumbre en El Espinacito



A medida que íbamos llegando a la cumbre, una gran emoción nos dominó.  Abrazos de contención y un gracias enorme a nuestro Dios que nos permitió llegar, emocionarnos y disfrutar de tan espléndido paisaje.

Luego de sacar las fotos de rigor, emprendimos la bajada hacia las Vegas de Gallardo y para llegar más rápido utilizamos las cortadas de camino.




El paisaje iba cambiando a cada  instante y de repente unas formaciones rocosas similares a un valle lunar llamaron nuestra atención, pues este lugar estaba lleno de fósiles y que cada uno de nosotros se trajo en fotos ese recuerdo.



Un grupo de caminantes se quedó sacando fotos y apreciando las piedras; mientras que otros nos adelantamos y luego de una bajada a ritmo constante nos quedamos a descansar y a la espera del  grupo retrasado. Todos seguimos con nuestro andar hasta llegar a las vegas de Lépez a 3780 msnm donde nuestros arrieros nos esperaban con agua calentita y unos ricos mates.

Miércoles 23/01: Camino al Valle Pato Sur - Refugio Sardina

Otro día maravilloso, sin nubes, sin viento, sin frío continuamos con nuestra caminata por valles verdosos con diferentes colores de flores chicas. Pasamos de las florcitas lilas a las amarillas, blancas y llegando a un campo totalmente color obispo. Vistas majestuosas con tierras de marrón oscuros y de fondo el glorioso Aconcagua.

Pasamos por las Vegas de Gallardo después de bajar un cerro con flores color obispo y de pasar un arroyo. La altura había descendido a 3084 msnm.



Continuamos nuestro andar a orillas del arroyo. Íbamos callados y sólo se sentía la sinfonía del agua y de algún que otro pájaro. El camino continúa por suelo tierroso en permanente subida hasta llegar a "Puente de Tierra". Durante este trayecto comenzó a aparecer sobre nuestras espaldas los cordones sanjuaninos como es la Mesa.






Cerro Merengue y atrás el Cerro Aconcagua


En Puente de Tierra, que está a 3150 msnm se observa el Aconcagua, la cordillera sanjuanina con sus nieves eternas y un cerro blanco con picos marrones llamado "Merengue". Aquí la vegetación es menor con flores amarillas.




A partir de acá comienza el descenso hasta llegar al río y rodear el Cerro Merengue, transitando el Valle de Los Patos Sur. En un punto pudimos divisar el "Refugio de Sardina" quedando un gran tramo para llegar a él. Fue una caminata tediosa entre pedregal y cruces de los brazos del río. Siempre con el mismo paisaje. Antes de llegar al refugio las piedras se convirtieron en pastizal duro.

En Sardina nos esperaban 2 gendarmes, pues  ya habían sido avisados de nuestra travesía, que gentilmente nos dieron la bienvenida. 

A pesar de haber sido un tramo muy largo de 8 hs de marcha, llegamos al refugio antes que las mulas y contentos por el esfuerzo realizado hasta el momento.

Una vez todos en Sardina, nos bañamos en el río, lavamos nuestras ropa, fuimos a buscar agua en una vertiente a 700 m , limpiamos el lugar y los arrieros buscaron leña para preparar la cena.



El refugio cuenta  con una mascota, y no es precisamente un perro; sino una cabrita muy amigable.

Unos dormimos en cuchetas y sobre colchón, mientras que otros vivaquearon con la luz de la luna llena.





Jueves 24/01: Día de descanso en Sardina

Después de una ardua y exigente jornada nos merecíamos un buen descanso para reponer energías.

Nos dedicamos a contar sobre esta agradable experiencia que estábamos viviendo y todas las sensaciones que tuvimos.

Cerca del medio día y mientras preparábamos el almuerzo otro grupo de expedicionarios a lomo de mula pasaron por el lugar. Ellos también estaban haciendo la ruta Sanmartiniana.

Ya en la tarde vimos salir corriendo  hacia el valle a 2 de los arrieros y en el cerro de enfrente nuestros mulas y caballos que se dirigían de regreso a Manantiales.

Llegó la noche y nuestro apoyo no regresaba, por lo tanto debíamos pensar en  otro plan en caso de que no llegaran las mulas que transportarían nuestras pertenencias.

Como entre arrieros se conocen; uno chileno nos prestó los mulares necesarios para continuar con nuestra travesía y poder llegar a Valle Hermoso y posteriormente a nuestro destino final: el límite con Chile.

Valle de Los Patos Sur


Viernes 25/01: Valle de los Patos Sur - Valle Hermoso

Nuestras mulas nunca regresaron, así que gracias al chileno pudimos seguir hacia Valle Hermoso.
Antes de la partida tuvimos otro momento de emoción. Ésta expedición izó la Bandera Argentina en el mástil del Refugio cantando a capella la canción Aurora. Nuestros corazones orgullosos entonaron esta canción y nuestros ojos volvieron a llenarse de lágrimas.                                                                  


                                       


Caminata larga hasta llegar al rancho de unos chilenos, donde nos salieron al encuentro alrededor de 8 perros y un centenar de cabras.

Durante éste trayecto también observamos algunos guanacos y muchos caballos pastando a la orilla del río.


Después de un andar constante llegamos al hito de Valle Hermoso, donde comimos, nos hidratamos y nos reorganizamos como grupo.

Llegamos a nuestra próxima parada después de atravesar todo el valle mitad pedregoso con arena y mitad sobre vegas secas.

A lo lejos y sobre nuestras espaldas, se veían grandes nubes dando la impresión de dejar atrás un temporal.



















Continuamos caminando en subida hasta llegar al  lugar donde acampamos. Llegamos  a las Vegas de "Borque" después de una tortuosa e interminable subida.

"Borque" es un lugar de pircas construidas con las piedras al lado de una vega con agua cristalina y fresca ubicada a 3300 msnm.

Cuando llegamos se encontraban los cabalgantes que vimos pasar por Sardina. Un grupo regresó a Valle Hermosos caminando y el otro a caballo.





Luego de unas 2 horas de descanso a la orilla de la vega con agua y de refrescarnos los pies, llegaron nuestros equipajes y los arrieros fueron a buscar leña (raíces secas) para prender el fuego y preparar la cena.






Sábado 26/01: Borques - Límite con Chile

Unos durmieron en carpa y otros vivaqueamos en una noche oscura y sumamente estrellada y mientras pasaban las horas comenzó a aparecer la luna con toda su luminosidad. Fue una noche casi sin viento y si bien estuvo bastante fría, no impidió disfrutar de nuestro maravilloso firmamento.

Ya en la mañana y con los primeros rayos del sol desarmamos campamento para completar el último tramo de ida de nuestra travesía: llegar al límite y homenajear a nuestro prócer.



Aún quedaban aproximadamente 2 horas de intensa subida, pero todos ansiosos de concretar la misma gesta que realizó el Gral. Don José de San Martín.

A ritmo firme y constante subimos a los 3500 msnm. Durante el transcurso no corría una sola brisa, ésto tuvo como consecuencia la falta de aire y que los lentes se empañaran.

Llegamos a 50 m del límite, nos abrigamos mientras llegaban los rezagados. Nos abrazamos y todos unidos y con nuestra Bandera como estandarte, traspasamos el hito con mucha carga de emoción en nuestros corazones.











Se colocó una placa del cruce anterior y luego de varios minutos comenzamos a desandar nuestro camino.







El regreso fue mucho más rápido ya que casi todo era en bajada. Paramos en las Vegas de Borque para recargar agua y así continuar con  nuestro regreso. Otra parada más para sacar fotos con el fondo del Aconcagua.


Pico con nieve "El Aconcagua"


El paisaje de vuelta también maravilloso, podíamos ver el Cerro la Mesa y el Alma Negra. Y a lo lejos el Refugio de Sardina.

Una vez en el llano, la travesía por la pampa hasta Sardina fue interminable y tediosa; sumando a ésto el sol reinante que lo hizo agobiante y cansador.

Después de 6 hs de marcha con una distancia de 26 km llegamos al refugio totalmente exhaustos pero con los corazones super contentos por haber podido recrear esta heroica hazana del Gral San Martín.

Ya en la noche nos deleitamos con un chivito al horno de barro a modo de recompensa por el esfuerzo realizado.

Domingo 27/01: Descanso en Valle de los Patos



Llegaron dos gendarmes más al refugio lo que posibilitó que se armara la ronda de "truco", mientras escuchábamos Folklore. La mañana pasó a puro mate con queso de cabra con dulce, mientras otros se fueron a pescar.








Después de la merecida siesta, Sofía, la pequeña del grupo, preparó unas sopaipillas para acompañar la merienda, y ya en la tarde noche preparamos las mochilas para retomar la caminata a "Rancho de Lata".




Lunes 28/01: Pato Sur - Rancho de Lata

7 am fue el horario de partida. Pero el regreso no sería igual pues en vez de pasar por el Espinacito lo haríamos por "La Honda".

Emprendimos una caminata a buen ritmo de marcha, pasamos el valle inmenso con las primeras horas de la mañana. Cruzamos los brazos del río y empezamos a ascender los senderos que nos llevarían a "Puente de Tierra". Seguimos nuestro andar hasta las Vegas de Gallardo donde comimos y nos hidratamos.

Seguimos caminando por la sendas con subidas y bajadas pronunciadas, y ya el cansancio acumulado se hacía sentir.

Las mulas nos alcanzaron y dándoles paso, siguieron un poco más hasta el "Rancho de Lata" (donde no hay rancho, ni latas). Aquí descansamos, preparamos y comimos unas exquisitas lentejas y dormimos algunos en carpas y la mayoría haciendo vivac.

Martes 29/01: Rancho de Lata - Los Hornitos

Es el penúltimo día de caminata. Los deseos de llegar a casa crecen. Sin embargo nos queda una subida importante, tan o más complicada que el Espinacito: el paso por La Honda.

Desde el Rancho de Lata podíamos ver lo complejo de la subida y hasta el punto donde debíamos llegar.

Y sin dudar, emprendimos el desafío.....en fila  india, con pasos cortos y seguros empezamos a subir.
Al poco andar Isaac que iba primero, dejó pasar a Claudia y a mí. Y así, una detrás de la otra, pasos firmes e ininterrumpidos nos fuimos alejando del grupo que poco a poco comenzó a dispersarse.

Fue una subida muy larga y mientras ascendíamos nuestros corazones latían más fuertes. Cada paso costaba más. Por momentos miraba hacia atrás para mantener a la vista a Claudia y allá abajo como puntitos de colores el resto de los compañeros. Subimos cerros, colinas, portezuelos para encarar la temida Honda. Tierra suelta, tierra firme, tierra con piedras, lugares muy pedregosos, cerro de un lado y abismo por el otro...de pronto nuevamente se asoma el Aconcagua; da la impresión que ya llegamos a la cima pero no, la senda continúa más arriba. Los pasos se acortan, la marcha se hace más lenta, las respiraciones son más profundas. Siempre sin prisa y sin pausa continuamos hasta que aparece una roca grande, unos penitentes y sí! estamos en la cumbre!!! Otro momento de mucha emoción! el viento fuerte y frío nos obliga a abrigarnos y protegernos detrás de las rocas. Un gran abrazo con Claudia y a la espera del resto de los expedicionarios que lentamente fueron llegando. Se los veía caminar despacio como contando los pasos y se paraban para hiperventilar mejor.

El tiempo estimado para llegar al portezuelo de la Honda fue de 3 a 4 horas. Sin embargo con Claudia lo hicimos en 2 horas, media hora después llegó Mingo, Sofía, Marcelo e Isaac y más tarde el resto del grupo. Todos lo hicimos con un gran esfuerzo y con mucha satisfacción por el tiempo empleado.

Mientras esperábamos y veíamos subir a nuestros compañeros de marcha, aproveché para agradecerle a Dios por la fuerza que me dió para realizar semejante esfuerzo, y debo admitir que las lágrimas invadieron mi rostro. Momento de felicidad por lo realizado y contemplación plena por los paisajes que nos brindó la madre naturaleza.

Desde la Honda se vé al frente y a lo lejos el cordón del Tontal y la cordillera El Tigre; a la izquierda parte de la Mesa; a la derecha el prominente Aconcagua y los cerros que forman el límite internacional; y detrás por donde veníamos se localiza a lo lejos el Valle de los Patos Sur y el Valle hermoso conjuntamente con una variedad de cerros de colores que sólo se ven plasmados en las retinas.


Luego de un prolongado descanso, de sacar fotos, comentar la maravilla del lugar y de dejar pasar nuestras mulas, emprendimos el vertiginosos y abrupto descenso.




Pasamos por algunos arroyos y nuevamente subidas que se hacían sentir por el cansancio acumulado. Siguieron las bajadas y aprovechamos las cortadas para ir más rápido. Pasamos por una bella cascada, por un tremendo pedregal y  caminamos al lado de un arroyo casi pisando sus aguas. Seguimos la senda hasta llegar a los "Hornitos" pasando por Trinchera de Soler.

El tramo que queda se complicó por la hora, ya que el río venía muy torrentoso. Dos veces nos costó pasar y en la segunda Oscar tuvo que ayudar a las mujeres ya que el agua nos llegaba arriba de las rodillas. Fue toda una aventura pero hay que reconocer que atravesar el río dió miedito.

Llegamos a los Hornitos después de 9 horas de marcha, todos extenuados.

Miércoles 30/01: Los Hornitos - Manantiales




Fue el último día de marcha y debía ser la más corta. Por eso no hubo apuro en la salida y nos tomamos con calma el último tramo.


Si bien fue el trayecto más corto se hicieron sentir las subidas, pero paso a paso llegamos a destino después de 3 horas y media de marcha.





Llegando a Manantiales




Antes de llegar a Manantiales nos enteramos que el camino estaba cortado por las tormentas que veíamos a lo lejos. Ésto imposibilitó que las camionetas llegaran a buscarnos; lo que nos obligó a continuar caminando 17 km más por la huella de  las mulas por ser más corta. Gracias a éste atajo pudimos apreciar otras maravillas del lugar que sólo se pueden apreciar internándose por esta vía.

Si bien fue más corto, que hacerlo por el camino habitual; no fue fácil y tardando 5 horas más de lo previsto. Y con la dificultad de atravesar el último río antes de las Hornillas, el cual lo hicimos a caballo.




Y así terminó este cruce espectacular donde no sólo recorrimos la huella que dejara el Gral José de San Martín, sino que además pudimos saber un poco de la historia a través de Rodolfo que nos leía sobre esta gesta. Fue una travesía de altura recorriendo alrededor de 160 km a pie, pasando por lugares fascinantes, con avistaje de la fauna de alta montaña, apreciando el majestuoso cielo estrellado y asombrándonos de la geografía y de la flora de la región.



Agradecimientos: éste cruce se pudo realizar gracias a la colaboración desinteresada de: Hugo Crescentino, Griselda Echevarría, Analía Canto, Ciudad Andina y a su presidente Jorge Riveros; a todas y cada una de las familias que apoyaron y acompañaron a los caminantes

Fotos: gentileza Rodolgo Gil, Gabriela Genovart, Silvia Suárez, Marcelo Cortínez, Jorge Genovart