domingo, 15 de julio de 2012

Senderismo por las Sierras de la Punilla

Llegaron las vacaciones de invierno y con él una serie de salidas caminando.... la primera es en Córdoba. Aprovechando que mi hermana vive allí, más precisamente en Biallet Massé, me fui con mis hijos a visitarla y de paso hacer unos trekking por esa zona.
Fueron dos itinerarios: uno, con Ingrid y Flor (mi hija) al Cerro Pan de Azúcar; que se puede hacer en aerosilla o caminando; por supuesto que nosotras preferimos hacerlo caminando, la cual fue sin ninguna dificultad, salvo para Florencia que faltando 100 mts para la cima se encaprichó y no quiso seguir subiendo. De allí se podía observar varios lugares turísticos, como es Cosquín y hasta la entrada a Carlos Paz. Una vista panorámica indescriptible, con un día totalmente soleado, con poco viento y hasta por momentos con calor para la época del año. 

Subiendo el Cerro "Pan de Azúcar"


Aerosillas que llevan a la cima

Cima del Pan de Azúcar



La segunda fue con Miguel Montenegro, un amigo que vive en la ciudad de Córdoba y que conocí en mi viaje a Salta cuando hice el Camino del Inca en bici. Nos pusimos de acuerdo y partimos hacia Capilla del Monte distante a una hora aproximadamente de Biallet Massé. Allí habían varios circuitos por hacer pero Miguel prefirió el que lleva al dique Los Alazanes. Él ya lo conocía pero hacía más de 20 años que no lo recorría. Llegamos en auto a la base del cerro, que cuenta con una proveeduría, estacionamiento, baños bien equipados, lugar de acampe; encontramos carpas y gente comiendo en las mesas de madera ubicadas a la orilla del río. Comenzamos nuestro andar pasando por un puente colgante para encontrarnos con la huella bien marcada que nos dirigía a las  subidas y bajadas de los cerros;  el sendero totalmente visible, con verde viejo y pasto seco y muchísimos árboles de mediano porte fue lo encontramos en nuestro andar. En todo momento hubo sol, aunque la visibilidad era dificultosa por polvo en el ambiente. De pronto sentimos voces, miramos a nuestro alrededor y no pudimos divisar personas, hasta que agudizando la vista pudimos ver a un grupo de 6 personas bajando con mochilas el cerro. Caminamos poco más de dos horas, llegamos al dique donde el paisaje fue fantástico y luego de cruzar el estrecho paredón, tuvimos que bajar una escalera en vertical para continuar por el sendero y llegar a la zona de planicie donde almorzamos. Un párrafo a parte para contar que me dio "miedito" cruzar el paredón y bajar esa escalera, pues el vértigo hizo que aparecieran estos temores donde el corazón late a mil por hora y bloquea el accionar. Nos encontramos con dos caminantes que parecían amantes de las fotografías pues hasta el trípode llevaban con cámaras impresionantes. También una pareja con su perro, que no se sabía quién tiraba a quién. El resto del sendero lo hicimos sólo con la compañía de los cantares de los pájaros. Luego de comer, sacar un par de fotos, subimos un cerrito pequeño para contemplar más aún el paisaje. Guardamos nuevamente las cosas en la mochila y emprendimos el regreso al mismo ritmo que el de ida, apreciando cada tramo, pues la vista es distinta en la vuelta. Miguel también es fotógrafo aficionado por lo que cada paisaje, cada vegetación o pájaro consideraba ideal para sacarle una foto. Luego de otras dos hora de caminata llegamos a la base, ya sin nada de gente y con el atardecer en puerta, y con la satisfacción de haber conocido otro lugar más de mi Argentina, esta vez el Valle de Punilla.


Puente colgante


Dique Los Alazanes

Paredón del dique con la bandera


Vista del dique desde el cerro de enfrente

Apacheta 

Sierras de la Punilla