martes, 26 de junio de 2012

Tafí del Valle: treking y algo más...(2° parte)

El tercer día en Tafí fue una excursión en camioneta por las afuera del Valle. Tomamos la ruta 307 rodeados de montañas, algunos con cardones en forma aislada y otras en abundancia, que le daban un aspecto especial a los cerros. Este camino, en parte de cornisas, estaba bastante transitado y pasamos por el punto más alto conocido como El Infiernillo (3042 msnm) y desde donde la vista panorámica es espléndida. Llegamos a la localidad Los Zazos y nos internamos por un camino de tierra que nos llevó hasta una cascada, en donde Alejandro nos acompañó y explicó las características de este salto: tiene cuatro cascadas, la primera y segunda se pueden observar sin dificultad, la tercera hay que mojarse para llegar a ella y la cuarta es creada por el hombre y tiene una caída de 150 mts. Nosotros conocimos las dos primeras y para ello tuvimos que colocarnos botas largas para el agua. Valió la pena pues están enclavadas en una quebrada muy bonita, con figuras en las rocas erosionadas por el tiempo y hasta vertientes que caían desde las hendiduras de la montaña.
Seguimos la ruta y llegamos a la localidad de Amaicha del  Valle, una comunidad indígena del pueblo Calchaquí. Aquí conocimos el Museo Pachamama, una verdadera cuna del arte indígena, donde se pueden encontrar salas de geología, antropología, textiles, pinturas, cerámicas, esculturas del artesano Héctor Cruz.
Y luego conocimos las Ruinas de Quilmes, sitio arqueológico que se reconstruyó con los restos de la ciudad sagrada de los Quilmes, en donde se exhibe material obtenido de las excavaciones.
De regreso a Tafí nos pusimos la ropa de ciclista con la idea de hacer un paseo en bici hasta el lago La Angostura, pero no tuvimos suerte con las bicicletas, por lo que decidimos seguir con nuestro paseo en camioneta y conocer el museo Ñuñorco y la Reserva Arqueológica los Menhires.

Cerros con cardones

Punto más alto 3042 msnm

Cascada en Los Zazos


Ruinas de Quilmes

Museo Pachamama

Reserva Los Menhires
Ya en el cuarto y último día emprendimos la caminata más larga al cerro Pabellón  de 3770 msnm. Salimos bien temprano, con el amanecer en puerta. Nos dijeron que hacer cumbre en este cerro nos llevaría unas 3 horas y media; cosa que Javier, con su experiencia, no creía posible por la altura, la dificultad técnica y por el largo trayecto para llegar a la cima. Nos pusimos un tiempo de marcha para ascenderlo, pues nuestra idea es disfrutar del paisaje haciendo treking de altura y, si dentro de esto se llega a la cumbre, mejor todavía. Otros datos que nos dieron era que deberíamos subir a la derecha del Cristo, pasar unos alisos, llegar a un roquerío y luego seguir un alambrado que nos llevaría directamente a la cumbre. Si esto lo hubiéramos seguido al pie de la letra nos habríamos comido las piernas en poco tiempo, ya que la pendiente era muy abrupta, por eso decidimos faldear el cerro por una huella bien marcada que encontramos. Hacia el sur divisamos unas nubes oscuras y estuvimos atento a ellas todos el tiempo, con la decisión tomada de bajarnos inmediatamente si las manchas grises se acercaban. Nuestro andar fue constante, solo unas paradas para desabrigarnos y comer algo. Las nubes parecían estar estáticas, el día se presentó casi sin viento y la temperatura, a medida que pasaba el tiempo, se ponía muy agradable. En uno de los recodos apreciamos la cumbre, parecía estar cerca; por eso decidimos dejar el faldeo y comenzar a trepar el cerro. Luego de un gran esfuerzo llegamos a una de las planicies, pero esta vez la cima la vimos muy distante. Ya llevábamos un poco más de 4 horas de ascenso. Con Javier nos replanteamos el continuar hasta la hora que nos habíamos fijado y consideramos que no tenía sentido seguir pues aún quedaba entre 3 y 4 horas para hacer cumbre.
Emprendimos el descenso siguiendo el alambrado, el cual se puso muy dificultoso por la pendiente más la cantidad de rocas en el camino. Bajamos un tramo en forma bien lenta y empezamos a tomar atajos para encontrarnos nuevamente con la huella del faldeo. Ya nuestro andar fue más rápido y luego de pasar los alisos encaramos las cortadas y en 1 hora 45 minutos estábamos al pie del cerro.
Si bien no hicimos cumbre igualmente satisfechos estamos, porque cumplimos en este viaje con el objetivo que fue hacer treking en los cerros Calchaquíes. Apreciamos y disfrutamos cada tramo realizado, cada paisaje; nos maravillamos de la bondad de la naturaleza y agradecimos a Dios la posibilidad de haber realizado este bello viaje sin ningún inconveniente.