lunes, 18 de febrero de 2013

Días moviditos...

El día viernes 15 se llevó a cabo la primer Maratón Nocturna Fiesta del Sol, organizado por el Ministerio de Turismo y Cultura y fiscalizado por la Federación Atlética Sanjuanina. La misma tuvo un recorrido de 5 km por las calles de la ciudad de San Juan. http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=560376  Fue una verdadera fiesta, muchos participantes, otros tantos viendo la carrera; show y sorteos al finalizar el evento. 
Yo, hacen a penas 20 días comencé a trotar, modalidad que hacía más de 13 años que no lo realizaba. Dejé de hacer esta práctica por pinsamientos en la zona lumbar producto del impacto. Retomé el pedestrismo supervisada por mi colega y amigo Pedro León (triatleta  Iroman); y que mejor ir probando las distancias y el entrenamiento con una carrera participativa como fue la de la Fiesta del Sol.
La largada fue en Av. Ignacio de La Roza entre Las Heras y España. Se partió por Ig. de La Roza en dirección al centro hasta Mendoza, Mitre, Gral. Acha, Av. Libertador hasta Urquiza y por Ig. de La Roza hasta el arco de largada.
Mi objetivo era completar el recorrido, ir viendo los tiempos que realizo y llegar entera. Salí a un ritmo muy tranqui, no quería ahogarme en la salida ni quemar mis piernas pues por la mañana había ido a la clase de cycle y luego estuve en el gym, por lo tanto estaba algo sentida físicamente. Los primeros metros hasta la plaza 25 de Mayo me pasó mucha gente, de ahí hasta Las Heras, sufrí la regularidad en el trote a pesar que de aire me sentía muy bien. A partir de acá y hasta la llegada, mi ritmo mejoró considerablemente y pude pasar a uno, a otro, a un grupo....y esta situación me motivó por lo que traté de mantener la cadencia del trote. Así pues llegué cumpliendo totalmente con lo propuesto en mi primera participación de una maratón.

Previa a la largada


Medalla Fishner
El día sábado 8.15 de la mañana salí a rodar un rato y decidí dar la vuelta a Ullúm por calle Las Moras. Hasta el dique traté de mantener un promedio de pedaleo de 20 km/hs. Mis piernas sentían el cansancio del día anterior y no quise exigirme para poder llegar nuevamente a mi casa. Al paredón lo subí con plato 2 sin inconvenientes no así la siguiente subida que llega hasta el Complejo Bahía la cual me costó un poco más. Ya en las bajadas pude recuperarme y tomar un buen ritmo. Desde Villa Ibáñez a mi casa aumenté el pedaleo llegando a mantener los 30 km/hs. Había muy poco viento lo que ayudó a no disminuir el ritmo que llevaba.
Me sentía muy bien y disfruté el aire en mi cara. La mañana muy agradable hizo que mi placer por pedalear se incrementara. Subí casi sin problema y con apenas unos cambios la cuesta del "cablecarril", sin embargo unos ciclistas me dejaron parada! La bajada la hice a 46 km y al llegar al monumento al ciclista, a estos chicos no los vi más. 
Llegué a mi casa habiendo recorrido 72 km en un tiempo de 3 horas 7 minutos.
En la tarde a modo de regenerativo fui a nadar y la verdad que me hizo muy bien, pues quedé como nueva!

Única  parada para recargar agua en Ullúm

Calle Las Moras

                       

Y para completar el fin de semana, el domingo hice un treking con el guía Emilio Molina. Fuimos  a explorar unos cerros por la zona de la Quebrada de las Burras (camino a Calingasta). Digo explorar pues son cerros vírgenes donde nosotros construimos las pircas de cumbre y cuyos nombres bautizamos como C° El Mosquito (2.619 msnm) y Punta Verde (2.600 msnm). Yo me sumé al grupo, quienes se autodenominan Ger A (Geriátrico de Altura) formado por Luis y Ricardo.
Para llegar al primer cerro lo hicimos por el lecho del río seco, luego nos metimos por la quebrada, costeamos un barranco, lo atravesamos y luego encaramos una subida algo más complicada. Lo llamamos El Mosquito en alusión a la invasión de mosquitos que tuvimos en toda la subida. Cada uno de nosotros, los caminantes, llevábamos una nube de estos insectos, que por momentos alteraban nuestra paciencia. Ya en la cima el viento se hizo notar y no sólo nos refrescó sino que auyentó a esta plaga. Tardemos en hacer cumbre 3 horas y media. Comimos, nos hidratamos, construimos la pirca, dejamos el testimonio y nos sacamos la foto de rigor. Desde la cumbre se podía ver parte del cordón cordillerano: La Totota y el 1, 2 y 3 de Ansilta. 
Seguimos por el filo y a los pocos minutos llegamos a la segunda cumbre cuya denominación se debió a un arbusto completamente verde que sobresalía del resto y que estaba en la alto. El viento continuó y por momentos se incrementaba hasta tal punto que una ráfaga voló la visera que llevaba; y fue Emilio quién se encargo de ir a buscarla unos metros más abajo.
Ya en el descenso lo hicimos por el filo hasta llegar al lecho del río. Todo el trayecto tanto de ida como el de vuelta nos sorprendió la vegetación y lo verde que estaban los cerros, que más pinta a sierras tenían. Lo que más predominó fue la jararilla, pero también había quebracho, oreja de conejo, y los yuyos como menta del campo, peperina, ajenjo; y manchones de pasto por doquier. En el filo de un cerro divisamos a un par de guanacos y en nuestra segunda cumbre tres cóndores. 
Regresamos a la camioneta acompañados nuevamente por los mosquitos que parecían estar furiosos. Nuestro tiempo total de marcha fue de 6 horas y media. Una salida tranquila, algo dificultosa sólo en la última parte de la subida y la primera de la bajada; con un día maravilloso, ventoso en el filo pero acogedor y si no hubiera sido por la plaga habría sido la salida perfecta.
En el camino de regreso tomamos unos mates en la Virgen de Andacollo, momento que aprovechamos para comentar nuestro treking. 

Foto de salida

Explorando cerros

Vegetación producto de las lluvias en la zona

1° cumbre vírgen

C° El Mosquito
2° cumbre 

Punta Verde

Vegetación poco habitual

En Virgen de Andacollo