Este es el principal impedimento que tengo para continuar con mi actividad deportiva, aún así sigo nadando en horario de noche, he comenzado a trotar después de 10 años de no hacerlo y los fines de semana se agrega algún otro deporte. Como este, que además de sumar largos y minutos de trote, con mi hijo Bruno estamos aprendiendo a andar en Kayak!
La cita es en el río San Juan, son unos 300 metros aguas abajo del paredón del dique de Ullúm. Ver el siguiente enlace http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=441107
La idea es sumar experiencias, tener nuevos conocimientos, practicar deportes nuevos, hacer de amigos, disfrutar del aire libre y la naturaleza, tener otras sensaciones y por sobre todo vivir a pleno!
El agua estaba a temperatura ideal, el lugar cercado de cerros y Sergio (el instructor) con mucho carisma para enseñar.
Fueron 3 horas divididas en clase teórica y práctica. La primera de conocimientos básicos para poder remar con fotos de por medio y la segunda, la práctica, con mucha emoción y esfuerzo.
Si bien yo en algún momento de mi vida hice algo de remo, fue siempre de a dos y en el lago del dique; sin embargo esta vez tuve que afrontar el río sola, al igual que Bruno. Nos costó pero pudimos llegar hasta el primer peñasco que era el objetivo. Mi hijo llegó una vez y abandonó en la segunda. A mí me costó remontar el río la primera, me resultó menos complicada la segunda y en la tercera tuve que claudicar por falta de fuerzas, comencé a girar y a quedarme en el lugar sin poder avanzar.
Luego aprendimos a rolar y salir del Kayak, situaciones que pudimos dominar gracias a la paciencia de Sergio.
Se sumó un kayakista que además de practicar los roles sin salir del kayak cruzaba de orilla a orilla del río.
Fue un fin de semana distinto, a pleno sol, entre mates, remadas y rolidos. Una experiencia nueva, agradable y con el deseo de continuar aprendiendo para que en un futuro pueda realizar travesías que es mi sueño!
