El tercer día en Tafí fue una excursión en camioneta por las afuera del Valle. Tomamos la ruta 307 rodeados de montañas, algunos con cardones en forma aislada y otras en abundancia, que le daban un aspecto especial a los cerros. Este camino, en parte de cornisas, estaba bastante transitado y pasamos por el punto más alto conocido como El Infiernillo (3042 msnm) y desde donde la vista panorámica es espléndida. Llegamos a la localidad Los Zazos y nos internamos por un camino de tierra que nos llevó hasta una cascada, en donde Alejandro nos acompañó y explicó las características de este salto: tiene cuatro cascadas, la primera y segunda se pueden observar sin dificultad, la tercera hay que mojarse para llegar a ella y la cuarta es creada por el hombre y tiene una caída de 150 mts. Nosotros conocimos las dos primeras y para ello tuvimos que colocarnos botas largas para el agua. Valió la pena pues están enclavadas en una quebrada muy bonita, con figuras en las rocas erosionadas por el tiempo y hasta vertientes que caían desde las hendiduras de la montaña.
Seguimos la ruta y llegamos a la localidad de Amaicha del Valle, una comunidad indígena del pueblo Calchaquí. Aquí conocimos el Museo Pachamama, una verdadera cuna del arte indígena, donde se pueden encontrar salas de geología, antropología, textiles, pinturas, cerámicas, esculturas del artesano Héctor Cruz.
Y luego conocimos las Ruinas de Quilmes, sitio arqueológico que se reconstruyó con los restos de la ciudad sagrada de los Quilmes, en donde se exhibe material obtenido de las excavaciones.
De regreso a Tafí nos pusimos la ropa de ciclista con la idea de hacer un paseo en bici hasta el lago La Angostura, pero no tuvimos suerte con las bicicletas, por lo que decidimos seguir con nuestro paseo en camioneta y conocer el museo Ñuñorco y la Reserva Arqueológica los Menhires.
Cerros con cardones |
Punto más alto 3042 msnm |
Cascada en Los Zazos |
Ruinas de Quilmes |
Museo Pachamama |
Reserva Los Menhires |
Emprendimos el descenso siguiendo el alambrado, el cual se puso muy dificultoso por la pendiente más la cantidad de rocas en el camino. Bajamos un tramo en forma bien lenta y empezamos a tomar atajos para encontrarnos nuevamente con la huella del faldeo. Ya nuestro andar fue más rápido y luego de pasar los alisos encaramos las cortadas y en 1 hora 45 minutos estábamos al pie del cerro.
Si bien no hicimos cumbre igualmente satisfechos estamos, porque cumplimos en este viaje con el objetivo que fue hacer treking en los cerros Calchaquíes. Apreciamos y disfrutamos cada tramo realizado, cada paisaje; nos maravillamos de la bondad de la naturaleza y agradecimos a Dios la posibilidad de haber realizado este bello viaje sin ningún inconveniente.