Después de haber andado más de 60 km a la Difunta, mis piernas merecían un regenerativo, a pesar de no tener dolores musculares. Así fue que con Ingrid (mi hermana) y Anna (una amiga de Rusia) salimos a pedalear muy tranquilas.
Anna hace un par de meses que vive en San Juan y poco ha recorrido nuestra provincia. Sólo en bici fue hasta el paredón del dique y por Av. Libertador; por eso en toda oportunidad que tenga me acompañará a las distintas actividades que realizo para poder conocer los tantos lugares bellos que tiene San Juan.
Salimos por Av. Ignacio de la Roza hacia Marquesado y en este ínterin fui su "guía turística". Mientras pedaleábamos pudimos contarnos historias y conocernos un poco más. Ella retribuyó la gentileza de acompañarla e invitarla a andar en bici con una especie de ángel custodio del hogar que trajo de Rusia.
Mientras tanto Ingrid se complicaba con las multiplicaciones y quedaba rezagada.
Fue una salida sin exigencia de una hora y media aproximadamente, en un día de mucho frío y con el cielo totalmente nublado.