domingo, 13 de enero de 2013

Pedernal - Barreal - Uspallata en bici (Parte II)

Ya en Barreal fuimos a buscar alojamiento. Estaba todo lleno y luego de andar, encontramos una cabaña cerca del aeroclub. Nos instalamos, fuimos hacer algunas compras y tomamos unos mates a la orilla del río. La tarde estaba nublada pero la temperatura muy agradable, había refrescado. Comenzamos a sentir truenos y los relámpagos mostraban sus refusilos. La tormenta estaba sobre la cordillera pero no llegó a nosotros.


Después de un merecido descanso, emprendimos la última etapa de nuestra aventura: Barreal - Uspallata donde la distancia a recorrer es de 110 km. Desde el mismo momento que dejamos la cabaña comienza una interminable subida, cuya pendiente se hace sentir pero sin necesidad de emplear la máxima multiplicación. Esta es más suave y se puede ir apreciando toda la cordillera, destacándose los glaciares de la cordillera de Ansilta.



Esta ruta está totalmente pavimentada hasta el límite con la provincia de Mendoza. Y durante su recorrido poco transito, un par de ciclistas y obreros poniendo los rieles en la ruta. 
El día maravilloso, sin nubes, sol a pleno y paulatinamente la temperatura comenzaba a ascender.
Empezamos nuestro andar juntos, Jorge me pidió que me pusiera a rueda pero no lograba mantenerle el ritmo el cual en subida era de 22 km. Fue así que de a poco comenzó a alejarse. La distancia que me sacó fue considerable, por eso decidí imprimirle un mayor ritmo a mi pedaleo y poco a poco fui acercándome a él. Logré mantener un ritmo constante hasta alcanzarlo y pasarlo; pero aumentó la velocidad y nuevamente comenzó a alejarse. A partir de ahí cada uno siguió a su ritmo.
Cada tanto Jorge me esperaba, mientras yo sacaba fotos. Llegamos a la Pampa del Leoncito, el cual es un lecho seco de un antiguo lago que constituye una planicie de tierra arcillosa, sólida y cuarteada, de 12 km de largo por 6 km de ancho. En él se practican carreras de carros a vela y es un lugar obligado de visita por lo extraño que representa.

Ruta pavimentada 

Pampa El Leoncito
Seguimos nuestro andar prácticamente solos. Nos cruzamos con un cicloturista extranjero y a los pocos metros de llegar al límite con Mendoza nos alcanzó nuestro vehículo de apoyo. A esta altura el calor era agobiante. Comenzó el camino de tierra, siempre en subida y con algunos badenes. Se convirtió en una ruta larga, tediosa, con el mismo paisaje. El sol lo teníamos de nuestro costado izquierdo y parecía que imprimía  sus rayos sobre nuestras pieles. Yo sentía que me ardía y tuve que sacarme la remera y ponerla como pierna para evitar que se me quemara aún más. 
El calor y el sol que sofocaban, más el fastidio de la subida interminable hicieron que replanteáramos nuestra continuidad.
Así fue que después de haber pedaleado 71 km en 4 horas subimos las bicis al auto para llegar a Uspallata a almorzar.
Fue una dura experiencia sobre todo la del primer día. Pero terminamos contentos de haber cumplido nuestro sueño y motivados para realizar otras travesías de este tipo.
Quiero culminar este relato agradeciendo infinitamente a mi hijo Pablo, que sin su predisposición, apoyo, paciencia y perseverancia éste y otros desafíos no los hubiera podido llevar a cabo. Y en esta ocasión se suman Florencia y Cynthia, que también nos hicieron el aguante. 




Flor, Pablo y Cynthia: equipo logístico