miércoles, 16 de enero de 2013

Sierras Azules de madrugada

Después de una noche con mucho viento sur, cielo rojizo y con algunas lloviznas aisladas, con Alicia fuimos hacer el habitual treking al Sierras Azules. Ingresando a la zona se notaba la bajada de agua que había tenido el cerro luego de la tormenta. 
Mi compañera venía de una semana indispuesta y yo de andar en bici. Aún así y de noche, comenzamos nuestro ascenso el cual fue a un ritmo regular, caminando en forma pareja y sin alejarnos una de la otra. Muy poca conversación tuvimos y si nos concentramos en el ritmo respiratorio. 
De a poco comenzó a aclarar y pudimos ver el amanecer desde el cerro. No hacía frío, pero sí mucha humedad. 
Llegamos a la cima en 1 hora 38 minutos y nos asombramos por el tiempo que empleamos  a pesar de haber estado ambas con una dolencia (ella: saliendo de una gastroenteritis y yo con cansancio muscular).
El descanso fue escaso, sólo unos minutos y emprendimos el regreso. Donde el terreno lo permitía lo hacíamos corriendo. Habiendo descendido un poco más de la mitad, Alicia comenzó a sentir náuseas. Bajamos el ritmo, caminamos y por tramos trotábamos. Llegamos a la base en 53 minutos. Chocamos nuestras palmas por el tiempazo que hicimos. Elongamos, nos cambiamos las remeras transpiradas y regresamos contentas por nuestro rendimiento. 







En la cima