domingo, 22 de septiembre de 2013

Bauchazeta: valle, cerro y quebrada

Bauchazeta es una localidad del departamento de Iglesia, ubicado a 20 km de Bella Vista, cerca de la quebrada de Chita y de Tocota. En él se encuentran diversos valles, quebradas, puestos de animales, la escuela rural albergue "Miguel Cane"y varios cerros de más de 3.000, 4.000 y 5.000 msnm.
Elegí Bauchazeta por diversos comentarios sobre la belleza del lugar, siendo éste mi último treking de montaña para dedicarme de lleno a los entrenamientos de mi nuevo desafío: el Triatlón.
Yo quería ascender el cerro Bauchazeta de 4.300 msnm, pero Luis prefirió el Nevado de Bauchazeta de 5.100 msnm. 
En principio la idea era partir el día viernes, hacer noche en el albergue que está a 2.768 msnm, el sábado ascender y pernoctar a los 4.000 para el día domingo tratar hacer cumbre.
Según lo planeado llegamos el día viernes y nos encontramos conque el albergue estaba cerrado; sin dudarlo armamos campamento en el patio de la escuela. Recorrimos el lugar a la luz de la luna llena, con un cielo totalmente nítido y con mucho frío. Luis preparó un rico asado y nos fuimos a dormir. Las mujeres (Ana y yo) en la carpa y los hombre (Francisco y Luis) vivaqueando.
A la mañana siguiente y aún de noche nos levantamos, desayunamos y Luis nos comentó el cambio de planes. Llegaríamos en camioneta a los 4.000 m para luego ascender el Nevado. Así fue que nos preparamos para un largo ascenso con temperaturas muy bajas. 
Entramos por la quebrada de Chita y pasamos por algunos puestos abandonados. Continuamos unos 50 km en camioneta y en su trayecto vimos un puesto habitado con ovejas y caballos. En un momento dado veo a mi derecha que algo se mueve...era una manada de más de 20 guanacos que corrian a esconderse entre las praderas. Llegamos a la quebrada de la Zorra por donde comenzaría nuestro desafío, ya que para los cuatros era la primera vez que subiríamos este cerro.
Emprendimos nuestra caminata ya de día y con los primeros rayos de sol, con mucho entusiasmo a pesar del intenso frío. Lo primero que tuvimos que sortear fue un arroyo, el cual estaba congelado. Fue Luis quién pasó primero, inspeccionando el lugar  ya que habían sectores donde se quebraba el hielo. La vegetación era toda de baja estatura por los vientos intensos. El cielo estaba despejado pero cuando miramos al oeste nos encontramos con nubes grises que cubrían la cima de los cerros. 
Desde el inicio de nuestra marcha fue maravillarnos del lugar: por un lado, cerros de la gama de los grises y ocres y por el otro, de los verdes oscuros y rojizos; ambos lados con manchones blancos de nieve. Nuestro deleite visual estaba ahí: en las montañas, en su colorido, en las nubes que circulaban a gran velocidad, en la inmensidad, en la profundidad de los valles....
El ascenso fue durísimo, con una pendiente que nos demandó un gran esfuerzo sobre todo una parte de acarreo donde dábamos un paso y descendíamos cuatro. Llevábamos 3 horas de marcha y sólo habíamos desnivelado casi 500 mts. Caminábamos 6 a 10 pasos y nos deteníamos a hiperventilar. Dos o tres respiraciones profundas y continuábamos con nuestro andar. El viento por momentos con ráfagas muy fuertes y el frío que no daba tregua a pesar que el sol aparecía por tiempos prolongados.
Veíamos la quebrada y el portezuelo que debíamos encarar para hacer cumbre, pero primero debimos sortear el acarreo; también partes con mucha nieve por donde tuvimos que caminar ya que era más seguro que hacerlo por las piedras que estaban con hielo. Llegó el instante que al ver toda esta inmensidad sorprendente, sentí una gran emoción y ganas de llorar. Comenté lo que estaba experimentando y a Ana le estaba sucediendo lo mismo. Es que es inexplicable la sensación que se vive al ver, sentir, disfrutar y maravillarse con nuestra madre naturaleza. 
A paso muy lento, ya que comenzamos a sentir los primeros síntomas del mal de altura (dolor de cabeza) llegamos a una planicie donde paramos a descansar, comer y beber. La pausa fue breve ya que el viento reinante nos obligó a continuar. Encaramos hacia la quebrada con su portezuelo y nos detuvimos nuevamente ya que había un gran descenso antes. Si seguíamos por ahí nos demandaría mucho tiempo y debíamos preveer el descenso. No nos quedaba otra que acortar las distancias por un acarreo pero al igual que el anterior nos exigiría un esfuerzo físico muy grande. Ana y Luis continuaron analizando el terreno, Francisco y yo desistimos de seguir. A esta altura llevábamos más de 700 mts de desnivel y un tiempo de marcha de 4 horas y media. Quedaban aún 400 mts de desnivel para llegar a la cumbre, un acarreo muy complicado, el frío intenso que estábamos soportando, un descenso para nada fácil y las nubes cada vez más grises con algunos momentos de nevizca. 
Tomando conciencia de la situación emprendimos el regreso, con un viento tan fuerte que nos hacía caer. También tropezábamos producto del cansancio. El descenso fue un poco más rápido ya que por momentos en los acarreos nos dejábamos deslizar. Bajamos con mucho cuidado en las partes con hielo y nieve; y a pesar de ello, Ana resbaló por el hielo unos 10 mts y gracias a que estaba Luis más adelante pudo frenarla. Todos sufrimos caídas ya sea por el cansancio, por tropezones o por el viento reinante que superó los 80 km/hs.
Ana fue la primera en llegar a la camioneta y unos 10 minutos más tarde llegamos los tres, con mucho frío y totalmente cansados. Aún así contentos por haber conocido un lugar sorprendente, al cual volveremos nuevamente en otra época del año. 
Una vez arriba de la camioneta comenzó la desazón, la angustia, el resolver la situación, la que formará parte de otra historia.....

Noche con luna llena

Escuela Rural Albergue Miguel Cane

Armando capamento

Asado para la cena

Luis, Francisco y Ana

Paisaje y vegetación

Ascendiendo por la nieve

Vista sorprendente!

Parada en la planicie





Escuela de Bauchazeta