Los primeros minutos de la clase fueron de impotencia, hasta tuve ganas de llorar por la bronca por sentirme que había retrocedido en el aprendizaje de remontar el río remando, la última vez fue hace quince días.
Poco a poco y con perseverancia fui retomando la técnica y pude ir río a abajo y remontarlo varias veces, logrando sentirme más segura y costando en cada una menos esfuerzo.
Así pues puede también atravesar el río haciendo lo que se denomina "ferry", las primeras no tan bien, pero las últimas mucho mejor.
También aprendí a rolar sobre el kayak sin salir de él, pero esto solo lo puede realizar con la ayuda de Sergio. Mucha técnica y golpes de cadera que solo se logran con práctica. Remé un par de veces simulando una caída y controlando el kayak con el remo.
Así remando y remando, con rolidos, cruces de río de una costa a otra, remontándolo y a favor de la corriente, se pasaron casi tres horas de actividad intensa, a tal punto que mi cuerpo y fundamentalmente los brazos al finalizar la jornada sintieron el esfuerzo realizado.
