domingo, 17 de marzo de 2013

Con altibajos...

Siguiendo con mi entrenamiento, el día lunes por la mañana hice cycle, en la tarde 6 km de trote continuo y a ritmo y luego 2200 mts de natación. El martes salí a correr una distancia de 13 km suave por la Av. Circunvalación y cuando estaba por completar el recorrido, fui sorprendida por un mal viviente con quién tuve una gresca para evitar que me robara. Como consecuencia de ello terminé con mi mano derecha lastimada ya que el ladrón me la mordió; esto imposibilitó que concurriera a la pileta por el resto de la semana para evitar infecciones.
El día miércoles inmediatamente después de la clase de cycle corrí 5 km, los cuales tenía que hacer a ritmo de carrera, pero esta transición liquidó mis piernas elevando el tiempo de ejecución, todo un bajón. Tanto el jueves como el viernes, sólo realicé musculación y cycle respectivamente.
Ya el sábado nos juntamos en el Hospital M. Quiroga, Adriana su esposo Gustavo, Fredy, Pedro y yo para salir a correr. Ellos debían realizar 24 km a ritmo de carrera y yo 15 km suaves. Los primeros 4 km me puse a la par de Adriana y a partir de ahí mi compañera comenzó a alejarse. Ella ya lleva tiempo corriendo, ha participado de los 21 km y está preparándose para la maratón de 42 km de Santiago; por lo tanto haber corrido al lado de ella un tramo y seguirle el ritmo fue bueno para mí. Partimos por Libertador hacia el oeste, ellos llegaron hasta la base del cable carril, mientras que yo llegué hasta la última subida antes del Jardín de los Poetas. El regreso me costó un poco hasta los boliches, a partir de ahí mi ritmo mejoró un poco. En el sector del bulevar me encontré con Miguel  y llegando al hospital con otros corredores, y una buena cantidad de ciclistas de mountain y de ruta pedaleando en grupos. Si bien terminé con mi kilometraje, debo admitir que después de unos minutos de finalizada mi carrera, mis piernas, cintura, hingle y talones comenzaron a doler producto del esfuerzo realizado y a pesar de la buena elongación que hice junto a mis compañeros, el dolor continuó durante toda la tarde; pero ello no quitó la satisfacción de haber corrido sin parar los 15 km del día.
Para terminar la semana, el domingo, tenía pensado salir en bici y hacer un recorrido largo, pero el dolor de la hingle impidió que lo hiciera. Otro bajón más en la semana!