miércoles, 10 de abril de 2013

En bici por el lecho del río

Aprovechando que no tenía que trabajar en la tarde me fui hacer un circuito que lo tenía pendiente. Y es andar en bici por el lecho del río San Juan a la altura de la Quebrada de Las Burras.
Salí de mi casa pasada las 15 horas y demoré en llegar a destino cerca de 1 hora cincuenta minutos  y esto de debió a que camiones de gran porte con maquinarias que van a la minera de Veladero (en Iglesias) iban a sólo 20 km/hs, y la policía que los escoltaba adelante y atrás no nos dejaba pasar. Es que a esa hora había bastante tránsito y el tamaño de la carga sobresalía y llegaban a ocupar casi las dos manos de la ruta.
Yo puse el auto a la par del vehículo custodia que va atrás de los camiones y pude conversar con el chofer. Me contó que habían salido a las 7 de la mañana desde Caucete y recién estaban llegando a Albardón y que debían  ir a esa velocidad como máxima ya que los cables de alta tensión tocaban la mercadería que llevaban; por lo tanto otra camioneta con personal en la caja iba levantando los cables por el camino. Le pregunté que era lo que llevaban y me dijo que era un molino de acero. Quedé asombrada con el tamaño pues como verán en las fotos cada camión llevaba una parte de ese molino.




Personal levantando cables


Mi idea era dejar el auto en la minera que está cerca del Cerro El Sapo para que no quedara abandonado en otro lugar. Cuando llegué me salió al encuentro un obrero y me dio permiso para estacionarlo. Preparé la bici, me terminé de vestir de ciclista, me puse la camel en la espalda y partí hacia la rotonda que divide el camino a Calingasta y a Iglesias. Son sólo 4 km los que anduve para encontrar la entrada al río justo en el puente que hay pasando la Quebrada de Los Gauchos.
El inicio del circuito estuvo ameno, pero a medida que avanzaba el lecho del río se convertía en una gran salina con a penas un hilo de agua transparente. El andar se supo dificultoso no sólo por la pendiente sino fundamentalmente por el terreno. A penas anduve 1 km me tuve que bajar de la bici para pasar un sector bien rocoso, luego continúa un terreno con salina y divisé la huella de un vehículo. Decidí seguirla y por momentos me mantuve sobre ella ya que al haber pisado con la rueda la salina estaba mas dura y podía pedalear mejor. Luego continuó arena que por instantes era imposible andar ya que las ruedas quedaban enterradas. Esto me obligaba a bajarme de la bici y seguir caminando hasta poder pedalear. Cuando podía me subía nuevamente y traté de llegar hasta donde más pude a una velocidad que no superó los 5 km/hs, toda una dificultad el terreno. Había viento sur pero era agradable sentirlo ya que la temperatura ambiente era de 29°.
Llegó un momento que no pude seguir pedaleando así que decidí regresar. Pensé que la vuelta sería más rápida pero era evidente que el terreno no lo permitía. El regreso era en bajada y en todo el descenso lo hice pedaleando para no caerme y aún así mantuve una velocidad de 11 km/hs. Seguí la huella del vehículo que me llevó directamente a la rotonda (derivador de tránsito), seguí por la ruta que va a Calingasta en permanente subida unos kilómetros más. 
El sol comenzó a ocultarse y decidí regresar. Me puse una campera pues el viento empezó a ponerse frío. La bajada hasta la rotonda la hice sin pedalear a una velocidad de 44 km/hs. Luego continúa algunas subidas pero casi todo el trayecto que me quedaba era bajada. Se puso más frío pues las montañas ocultaban los rayos del sol. Este trayecto lo hice rápido para que no descienda la temperatura de mi cuerpo. Anduve a penas 22 km en 1 hora y media y con cierto grado de dificultad.
Queda claro que este circuito por la complicación del terreno es para otro tipo de movilidades; por lo tanto no lo recomiendo para andar en bici, pero sí estaría bueno hacerlo en treking. Quién dice...algún día lo haré caminando!

Atrás C° El Sapo

Lecho del río 

Zona rocosa

Salinas

En subida por la ruta