domingo, 12 de mayo de 2013

Mujeres en dos ruedas

Habían dos motivos para salir en bici hacia la Difunta Correa. Una era cumplir una promesa de Patricia y la otra acompañar la Posta atlética en la cual participaría una delegación del Complejo Palestra-Turquesa donde vamos con Lorena, Andrea, Pato y yo.
Nos juntamos bien temprano en la plaza de Santa Lucía y aún de noche comenzamos a rodar por la ruta que nos llevaría primero a Caucete y luego al paraje de destino.
Mantuvimos una velocidad promedio de 22 km/hs. pero yo llegando al puente de Caucete ya comencé a sentir en mis piernas el esfuerzo del día anterior y el  poco entrenamiento que tengo durante la semana debido a cuestiones laborales. Me mantuve atrás de mis compañeras hasta llegar a la estación de servicio donde hicimos una parada técnica. 
Continuamos en dirección hacia la Difunta ya con el sol en nuestras caras, aunque todavía con algo de frío. Hasta la bici senda nos mantuvimos las cuatros juntas. Comenzó una leve pendiente y nos empezamos a separar, manteniéndome en el último lugar. Me sacaron una gran distancia, pero puede acercarme a ellas. Andrea nota que la rueda trasera de mi bici está algo desinflada, pero ya estábamos en la Cuesta de la Vacas por lo que continué con el ascenso en esas condiciones. Pato tomó la delantera, luego Andrea, Lorena y yo sufriendo con la rueda muy baja.
Nos volvimos a reunir en la Difunta Correa, donde hicimos una parada para tomar mate, comer y descansar, mientras esperábamos a los de la Posta, entre ellos nuestro profe Pedro, quién completando su etapa nos acompañaría en bici. 
Lorena recibe un llamado de su esposo y nos confirma que Pedro ya había pegado la vuelta, por lo que decidimos emprender el regreso. Pero antes Andrea me presta su inflador y dejé nuevamente en condiciones la rueda.
Subiendo la Cuesta de la Vacas nos cruzamos con los corredores y con sus acompañantes en bici y en auto. Cuando llegué a la cima de la cuesta noté que nuevamente la rueda estaba algo desinflada. Pero mis compañeras se alejaban cada vez más.  Continué pedaleando con exigencia tratando de mantener el ritmo. Cada tanto miraba hacia adelante y las chicas estaban más lejos hasta que las perdí de vista. 
En el rodar se notaba cada piedra que pisaba y la velocidad disminuyó considerablemente. De pronto siento voces detrás mío, miro hacia atrás y un grupo de bikers se acercaban. No dudé en pedirles un inflador y generosamente me inflaron la rueda y me acompañaron hasta pasada la ciclo vía.
Un poco más adelante divisé una camioneta y gente apostada en la banquina. Me están esperando!!! Pedro, Fredy, Carlos, Lorena son los que se quedaron. Patricia y Andrea continuaron pedaleando. 
Fredy me preguntó cómo estaba y aproveché para hacerles saber mi disgusto por la situación. Me dejaron sola, sabiendo que mi rueda trasera estaba en problemas. Comenté que si salimos en grupo, en grupo se debe llegar y nunca se debe abandonar a un compañero. Pedro quiso tranquilizarme justificando el accionar de mis compañeras por la falta de experiencia y el no saber actuar en equipo. Para mí no hay justificación ya que no se interesaron por mi, no se preocuparon por saber que me pasaba y por sobre todas la cosas, es una cuestión de seguridad el andar juntas, más siendo señoras solas que salen a rodar. Terminé muy molesta además del cansancio que tenía, habiendo pedaleado un total de 98 km en 4 horas 47 minutos. 

Salida desde Plaza Sta. Lucía

Amaneciendo en la ruta

En Caucete

En la Difunta Correa

Posta Atlética

Bikers de Caucete que me auxiliaron y acompañaron

Fin de la salida