viernes, 10 de febrero de 2012

El Lácar me pudo!

Después de llegar a esta bella ciudad de San Martín de los Andes, fuimos al lago Lácar a tomar contacto con el agua fría. Soy una persona muy friolenta y rápidamente mi cuerpo manifiesta síntomas de hipotermia. Pero esta vez no fue la temperatura del agua la que me bloqueó el nado, fue la sensación de estar en una inmensidad sin tener la posibilidad de hacer pie en tierra firme. Mi cuerpo se paralizó en el medio del lago y entré en un estado de desesperación, empecé a tragar agua, me costó hacer una y otra brazada, el miedo me invadió, mi estómago sintió sensaciones desagradables y mi corazón comenzó a latir a gran velocidad. Sin dudarlo y con los ojos cerrados emprendí el regreso sólo mirando de vez en cuando hacia adelante para ver si no me desviaba.
Esta primera experiencia fue para mí una frustración. Yo que nado hace años, que nadé mil veces en el Dique de Ullúm sin torpedos ni compañía, que lo crucé en su máxima extensión, no pude nadar más de 700 mts; y mi hijo Pablo que es la  primera vez que nada en aguas abiertas no tuvo ningún inconveniente y fue el que me alentó y me dio ánimo para seguir, sin embargo mi estado de "fobia" pudieron más.
Ya en la playa la angustia me invadió, el corazón no dejaba de desacelerar y mil ideas acapararon mis pensamientos... "anduvimos 1.400 km para cruzar el Lácar y aquí estoy sin poder enfrentar este lago", "dos días para llegar a San Martín de los Andes y peligra el objetivo de este viaje"...."alcanza tu meta, disfruta el trayecto, el slogans de esta prueba, se vio perturbada por la desazón"...
Hoy más tranquila y después de haber estado en la reunión con los organizadores del cruce, trataré nuevamente enfrentar este lago para mañana cumplir con este doble impedimento y convertirse así en gran desafío!