lunes, 31 de diciembre de 2012

Sábado de tirolesa, domingo de bici

El día sábado nos pusimos de acuerdo y fuimos con Raúl, Ana (una amiga y las hijas de ambas) y yo (con mis hijos) al Paredón del dique de Ullúm donde se realizan diversos deportes de aventura: parapente, kayak y tirolesa, además de los habituales treking, mtb, moto y cuatri. 
Luis (nuestro guía de montaña) es el encargado de la tirolesa que cruza el río. La primera en tirarse fue Florencia, luego yo y posteriormente Ana. Al principio da un poco de miedito por lo que uno se lanza al vacío pero luego se pasa y es pura adrenalina la que se experimenta. Es cuestión de respirar profundo y animarse. Lo demás viene solo. Se deben colocar los pies  hacia adelante para evitar que rocen la tierra o el agua y se siente el aire en la cara; la sensación de estar volando hasta llegar al final de la cuerda donde ponemos nuevamente los pies en la tierra. Es una nueva experiencia que la volvimos a repetir y que quedarán dentro de las cosas vividas.

Tirolesa San Juan



El domingo por la mañana salimos desde la quinta de Jorge para andar en bici y hacer todo ruta. Pasamos por la gruta de Fátima, donde nos tomamos un tiempito para rezarle a la Virgen. De ahí enganchamos calle Mendoza al sur hasta la calle 14 y fuimos a conocer un country en Pocito de un amigo de mi compañero. Hasta la calle 11 nuestro ritmo de pedaleo fue 29 km, pero a partir de ahí mis piernas sintieron el cansancio y redujimos la velocidad a  25/ 26 km/hs. Ya en calle 14 aumentamos nuevamente la velocidad y el regreso tratamos de mantenerlo en 27 km/hs. Pero Jorge se entusiasmaba pedaleando y aumentaba la velocidad, yo trataba de seguirlo hasta sentir el esfuerzo en las piernas; es ahí donde le pegaba un grito y él disminuía el ritmo. Llegando a Villa Krause aceleramos nuevamente y nos mantuvimos en los 30 km. Ya en la recta final antes de llegar a su casa alcanzamos los 35 km. 
Recordé una frase que dice: "si no te esfuerzas al máximo nunca conocerás tus límites". Hoy me esforcé al máximo y aún así, por momentos, pude más. Anduvimos 47 km a un muy buen ritmo  y terminé con la sensación de haber dado todo. Por su parte Jorge también quedó satisfecho con la salida.
En este circuito vimos muchas agrupaciones de ciclista disfrutando del día maravilloso. Y por ser domingo y previo a fin de año, en la Rinconada, villa Aberastain, villa Krause y en Trinidad muchas personas haciendo compras. Disfrutamos de las calles bien pavimentadas, vimos el nuevo hospital Cantoni y una flamante comisaría; conocí el club Atenas y vimos un par de despoblados donde se construirán barrios privados. Pasamos por la ruta del vino, por viñedos, bodegas y plantaciones de tomates y olivos, y apreciamos la nitidez que tenían nuestras montañas. La jornada estuvo calurosa, con el sol que pegaba, pero ideal para hacer los que nos gusta: deportes!

Gruta de la Virgen de Fátima en Rawson